No se cuecen mejillones en años de virus

Tan importante como el pormenor es la calidad, que no surge siempre del número sino de la genialidad de los versos sueltos. El premio Nobel Roger Penrose demostró que la singularidad es inexorable, y si bien se refería a los agujeros negros, puede aplicarse a cualquier circunstancia. En cuanto a la cantidad, los expertos aseguran que la sobredosis de información sobre la pandemia es contraproducente, pero no es posible obviar lo que nos condiciona y se convierte en excusa para justificarlo todo. Sirva de muestra cómica la negativa de un supermercado santanderino a cocer un kilo de mejillones «por el covid» cuando lo cierto era que no compensaba el esfuerzo. No viene mal el humor en la tragedia. Balzac opinaba que dejar de reír te hace envejecer y, según Chaplin, la risa es inevitable porque «a fin de cuentas, la vida es un chiste».

Un ejemplo divertido de que la cantidad no asegura la calidad lo tenemos en Crónicas Marcianas, el programa rompedor de Javier Sardá en las medianoches de Telecinco, donde se daba cita la fauna artística nacional, dicho sea con respeto y haciendo una definición generosa de la palabra artista. Aparecía gente tan peculiar como Pozí, La Veneno, la bruja Lola, Carmen de Mairena, el padre Apeles, el Yoyas o Carlos Jesús, a quien se le apareció Jesucristo en una churrería. Crónicas no era solo telebasura, pero uno de sus frikis más populares, el compositor y cantante Leonardo Dantés, fue el creador del famoso tema 'El miembro viril tiene nombres mil', por cuya letra Onda Cero le metió en su cárcel imaginaria. Cuando Dantés puso en valor la autoría de más de un millar de canciones, Manel Fuentes le hizo la pregunta clave: «¿Alguna buena?».