Cuentas de la lechera

Quién nos iba a decir que, al final, al Racing lo que le sobraba era un central y que hasta podía jugar con Nkaka y que el cielo no cayera sobre nuestras cabezas. Cuando ya nadie daba un duro por el equipo, los verdiblancos resurgen de sus cenizas. Se diría que este club sólo reacciona cuando ya es casi imposible, que sólo le motivan los retos y las emociones fuertes. Porque la victoria adquiere tintes épicos, pero hasta que no expulsaron a Buñuel y el asunto se puso realmente feo, sólo estábamos viendo a Mister Hyde, y no al doctor Jekyll que nos maravilló frente al Zaragoza. Menos mal que tenemos a Cejudo, que ya podía haber venido antes con esta segunda juventud. Y, sobre todo, que la cojera que tenía al final del partido no sea nada grave.

En fin, que ha llegado con dos jornadas de retraso, pero ya está aquí el Racing que esperábamos frente al Sporting, así que ojalá que el próximo viernes los Campos de Sport vuelvan a presentar aspecto de gala, y nos encontremos a un equipo reforzado anímicamente. Nos encomendaremos a Oltra, a la defensa de cinco o al espíritu de Nando Yosu, porque la salvación sigue siendo una quimera, pero hoy se ve un poco menos lejos.