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«Hombre blanco hablar con lengua de serpiente», cantaba Javier Krahe en los tiempos de Felipe González y la promesa rota de sacar a España de la OTAN. A Krahe, un señorito reconvertido del barrio madrileño de Salamanca, afinar le parecía elitista y las melodías ... le importaban un carajo, según Sabina, que le hacía los coros. 'Cuervo ingenuo', uno de sus temas más recordados, fue una canción lamento, la amarga protesta de la izquierda hacia la izquierda que toca poder, dinero y posición y cambia radicalmente el discurso. Ante la estafa a las bases, a los electores, al ideario y al proyecto, Krahe se preguntaba si el partido «es socialista y es obrero o es español solamente». El artista de la voz y la cuchufleta, que invocaba a Manitú, el gran espíritu creador de todas las cosas y dador de vida, se fue antes de que llegara Pedro Sánchez y difuminara también la E mayúscula del acrónimo PSOE.
Hace años le planteé a Elena Salgado, vicepresidenta entonces del Gobierno de Rodríguez Zapatero, cabeza de lista por Cantabria en unas generales y visitante asidua de Santillana del Mar, si consideraba oportuno evitar, en lo posible, el fraude consciente y constante a los ciudadanos en los programas electorales con alguna legislación punitiva en el caso de grave incumplimiento. Naturalmente, no hubo respuesta ni la esperaba. Porque los políticos nos mienten, nos mienten siempre, y si analizamos la honradez en su más amplio significado, tendríamos que salir a la calle con un candil, como Diógenes el Cínico, para encontrar a algunos políticos decentes. Asociamos la inmoralidad al saqueo de las arcas públicas y a la corrupción económica, pero la honestidad, además de no meter la mano en la caja, consiste también en valorar la verdad como bien supremo, actuar con justicia y hacer honor a la palabra dada.
De ahí nació 'Cuervo ingenuo': «Lo que antes ser muy mal, permanecer todo igual y hoy resultar excelente. Hombre blanco hablar con lengua de serpiente». Mintieron González y quienes llegaron después. Mintió Aznar, y nos metió en una guerra; mintió Zapatero de modo compulsivo y mintió Rajoy. Nada comparable a lo de Pedro Sánchez, quien tima desde el principio a quienes confiaron en él y depositaron el voto para que hiciera lo que anunció y no justamente lo contrario. Forma Gobierno con Unidas Podemos, el partido comunista y populista «poco fiable» que le quitaba el sueño, se entrega a los independentistas catalanes a los que se comprometió a combatir, estudia rebajar las penas por sedición, pacta con Bildu en Navarra, y ahí está el reciente y bochornoso espectáculo con Venezuela. Revilla, que no destaca precisamente por su rigor en el decir, debe estar muy atento a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado porque se prevé un duro recorte para Cantabria.
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