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Ante esta pandemia, la esperanza del mundo está puesta en conseguir una vacuna, y se está trabajando en numerosos frentes. Los dos proyectos más avanzados han comenzado las pruebas clínicas, uno en Estados Unidos y otro en China. El diseño de vacunas ha evolucionado mucho ... desde los tiempos de Edward Jenner; en el caso chino, trabajan sobre una fórmula de nueva generación que solo contiene ciertos antígenos específicos, sin presencia de virus, por lo que se considera más segura que las técnicas tradicionales. La vacuna estadounidense emplea una tecnología distinta, denominada ARN mensajero, que copia el código genético del virus en lugar de transmitir una versión atenuada del mismo. Ambas vacunas parecen muy prometedoras, pero tienen que demostrar que su uso es seguro en humanos y que son eficaces; además, hay que desarrollar la capacidad de producción de las mismas a escala global. En el mejor de los casos, cualquiera de las dos vacunas tardará alrededor de un año en comercializarse.
Algo más inmediato es la terapia de plasma sanguíneo de pacientes curados. Se trata de la misma terapia que se utilizó el año 2014 en el caso de ébola de una auxiliar de enfermería en Madrid, cuando se utilizó el plasma de una misionera que había superado la enfermedad en Liberia. Esta terapia se ha empezado a utilizar en China desde mediados de febrero, con buenos resultados. La única pega que tiene es que su disponibilidad es muy limitada, ya que solo se puede obtener de la sangre de donantes que hayan superado la enfermedad.
La tercera vía es la de los fármacos antivirales. Desarrollar uno específico llevaría al menos diez años, así que se está estudiando el uso de antivirales ya comercializados. En España va a comenzar un ensayo clínico con Remdesivir, ya probado en China. También se ha probado allí, con buenos resultados, el Favilavir. Una empresa española, PharmaMar, ha anunciado resultados positivos en los ensayos 'in vitro' del Aplidin. Hay muchos más candidatos, aunque en todos los casos harán falta meses para que su uso sea aprobado.
Aunque ahora nos cueste creerlo, también la cura llegará.
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