El curso decisivo para la remontada o el cambio de ciclo
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La clase política lanza el debate sobre el día después de la pandemia, entre el optimismo del Gobierno Revilla y la crítica más intensa del PPEn un alarde de laboriosidad, los partidos políticos han lanzado el debate parlamentario unos días antes y no después de la Bien Aparecida y San Cipriano como mandaba la tradición. Es como si tuvieran algo de prisa por iniciar el curso político más decisivo de ... la legislatura, cada cual con sus objetivos: la remontada económica de la crisis de la pandemia que se propone consolidar el Gobierno de coalición PRC/PSOE a lo largo de 2022, la ofensiva del PP para ser de nuevo el primer partido de Cantabria y volver al poder tras las urnas de la primavera de 2023. Con Vox si alcanza y, si no hay más remedio, con el PRC de Revilla.
La pandemia empieza a convertirse en un mal recuerdo pues, salvo sorpresas, los datos sanitarios son esperanzadores. Cantabria presenta un balance desigual de la pelea de 18 meses contra el virus, que ha golpeado especialmente al consejero socialista de Sanidad, Miguel Rodríguez, reprobado por los partidos de la oposición, por los sectores económicos y por los tribunales, y al presidente Revilla, a quien esta vez no sirvió la táctica de refugiarse en los criterios sanitarios y ha recibido amplias críticas por no ejercer su liderazgo y por permitir los frecuentes bandazos en la toma de decisiones, especialmente en lo que concierne a las restricciones en la hostelería.
Pero el debate gira ahora hacia el día después de la pandemia. El PP, primer partido de la oposición, ve al Gobierno Revilla sin proyecto, sin norte, sin empuje, con malos indicadores económicos y resignado a las limosnas de Pedro Sánchez. Superado el ecuador de la legislatura, al PP ya no le sirve la oposición moderada, la actitud deferente con Revilla mantenida durante 20 meses, a la espera de una ruptura del PRC y el PSOE que nunca se produjo. Ahora le toca atacar de frente también al presidente, lo que por cierto siempre ha postulado el sector crítico con la presidenta del partido, María José Sáenz de Buruaga. Las urnas dirán si al PP le alcanza para gobernar con el apoyo de Vox o quizá para conformarse con un pacto con el regionalismo. En el PRC dicen en broma o en serio que Buruaga sería una buena vicepresidenta en un Gobierno Revilla si sigue al frente de su partido en 2023.
La oposición minoritaria hace lo que puede. Félix Álvarez intenta defender la quebrantada posición de Ciudadanos como un general Custer, con un puñado de leales, acorralados frente a tantos enemigos que quieren sus votos. El PRC, el PSOE, el PP, Vox... La diputada naranja Marta García, animosa ganadera y pequeña empresaria hostelera, se deja ver con naturalidad con los dirigentes de Vox, al que le interesa poner una pica en Flandes en su expansión al medio rural.
El presidente Revilla suspira de alivio por el esperado final de la pandemia que le ha castigado y tira de su proverbial optimismo para dibujar la recuperación económica en muchos sectores productivos: la construcción, la industria, el turismo, el Puerto, y unas cuantas inversiones que avanzan por buen camino como el proyecto golfístico de Loredo, que los desconfiados ya vigilan como una reedición de las quimeras de la Ciudad del Cine o la mina de zinc. Mientras aguarda un encuentro con la nueva ministra Raquel Sánchez para pasar revista a las infraestructuras que el Estado tiene comprometidas con Cantabria a través de su antecesor en el cargo, José Luis Ábalos, Revilla espera buenas noticias de los fondos europeos para La Pasiega y también para el Mupac que tiene encargado al vicepresidente socialista Pablo Zuloaga, para que haga valer sus buenos oficios en Madrid. En todo caso, ambos 'proyectos estrella' tendrán consignaciones importantes en los próximos presupuestos.
PRC y PSOE ya están listos para la pugna interna sobre las cuentas de 2022, el año preelectoral, en el que hay que tirar la casa por la ventana con alegría. Los presupuestos de 2023 serán menos decisivos porque apenas se ejecutarán antes de las elecciones de mayo.
Revilla, que se siente razonablemente bien de salud, no quiere profundizar sobre su papel en las próximas elecciones, que es siempre la clave sobre la que gira la política regional, pero no deja de echar una mirada atenta sobre la convulsión interna que agita a otras formaciones y sus dirigentes: las cuitas internas en el PSOE de Pablo Zuloaga y en el PP de María José Sáenz de Buruaga, la desesperada situación de Ciudadanos que manda Félix Álvarez, que contrastan con el liderazgo indiscutible del fundador regionalista. «Pero si yo no mando nada en el partido, -dice Revilla-, sólo hago las listas y nombro a los consejeros del Gobierno (le parecerá poco)... Ahora, mientras yo esté, lo que está pasando en los demás partidos no va a pasar en el PRC».
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