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Ya está bien de entender que lo cutre es lo contrario de lo elegante o de lo distinguido. Lo cutre es lo cutre, que es una palabra suficientemente gráfica y poco deja para la duda. Hoy aparece en todo, en la vida diaria, en la ... política o en la convivencia donde se infiltró sin avisar, a escondidas, sin que pudiéramos apreciarlo. Lo curioso es que se comporta como una actitud invasora e 'influencer', tan sutil y de tal calibre, que lentamente nos impregna y ese arraigo ya no sorprende, que es lo malo. Nada hay más mísero que hacer de lo cutre lo normal.
Si les digo la verdad, tengo bastantes dudas de que todo este baño de vulgaridad vayamos a erradicarlo fácilmente cuando el tiempo de lo escatológico, el insulto, la infidelidad, la vulgaridad, el lenguaje cheli y lo 'fake' nos transporta a una sociedad desconocida e insolente, que hace mucho menos atractiva la calle y la vida de las personas, y la mirada de la gente ya no es tan limpia cuando se disculpa la mentira o la falsedad como si nada. Algo terrible.
-Quizá haya influido la televisión y su tendencia basura plena de mal gusto y zafia, que se encuentra sin poder evitarlo en la mayoría de las cadenas con programas avergüenza-papás, que se pasan la noche de tertulia familiar cambiando continuamente de canal y escapando de continuas escenas lamentables.
-Quizá el ejemplo de algunos políticos 'renaceilusiones falsos', que ya eran cutres y se soltaron el pelo o se lo cortaron para buscar el casoplón, coche oficial y colocar a la señora, epítome del machismo más contundente.
-Quizá el movimiento okupa, ese que abraza suciedad y mancha el sentido común y la propiedad.
-Quizá el manejo vulgar de la vestimenta y la palabra en lugares requeridos al respeto y la consideración.
-Quizá el ataque permanente a la familia tradicional, a los símbolos de todos o a las instituciones y la permisividad con lo irrespetuoso o lo antipatriótico.
-Quizá el fomento en exclusiva de lo divertido y lo perezoso en contraposición a la cultura del esfuerzo y del mérito.
-Quizá el olvidado respeto a los mayores. 'Quizás, quizás, quizás...', que dice el bolero.
La verdad es que no se podría decir una sola causa o una concreta para su desarrollo, pero si no nos damos prisa en repararlo será tarde, porque ¿para qué vamos a tener aspiraciones de progreso si nos espera una vida cutre salpicada de vulgaridad, botellón o terraceo según edades? Les sugiero que adoptemos entre todos una postura de compromiso para arremeter contra lo cutre y lograr su destierro también con una vacuna que aborde en este caso el fomento de la buena educación y del buen gusto. A ver si así.
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