Priorizar la reindustrialización
Tenemos la oportunidad para sentar las bases de la economía de Cantabria
Daniel Alvear Portilla
Miércoles, 27 de septiembre 2023, 07:13
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Daniel Alvear Portilla
Miércoles, 27 de septiembre 2023, 07:13
Si enfrentarnos al calentamiento global es una de las tareas más transcendentales de la humanidad, en el ámbito geográfico cercano, es decisivo abordar la reindustrialización. Tras décadas en las que la industria fue olvidada, las dificultades de suministros básicos durante la pandemia y, posteriormente de ... otros recursos y componentes avanzados, nos pusieron de manifiesto que la industria además de ser uno de los pilares más sólidos de crecimiento económico y empleo de mayor valor en cualquier país desarrollado, tiene un factor estratégico para nuestra sociedad.
En Cantabria, como otras regiones europeas que han sufrido un proceso de reducción de la actividad industrial, existe un cierto consenso en la necesidad de reindustrializarnos. Sin embargo, en muchas ocasiones estas grandes metas compartidas se convierten tras su repetición insistente en frases vacías, como ocurre con otras tales como 'cambiar el modelo productivo', debido a que resulta extraordinariamente complejo trazar líneas concretas para su materialización.
Conviene revisar los datos que nos permiten ofrecer una perspectiva objetiva. En los últimos quince años, según las fuentes estadísticas públicas, se puede observar que el impacto de la gran recesión iniciada en 2008 tuvo consecuencias negativas en términos de producción y empleo industrial en Cantabria. A pesar de una mejora significativa a partir de 2015, los efectos de la pandemia covid, y la crisis energética por la invasión rusa en Ucrania, el crecimiento de la inflación y el encarecimiento de financiación, no han permitido que aún se hayan recuperado los valores previos a aquella gran crisis económica. De hecho, la duración de esta última crisis y su importante afectación en los mercados tradicionales en los que nuestra industria exporta, está provocando que se agrave una situación delicada para nuestro tejido productivo que simultáneamente está inmersa en profundos cambios derivados de la transición digital y energética.
Por tanto, no sólo está pendiente recuperar lo perdido en estas recesiones y crisis, sino que el reto de reindustrializar supone revertir de forma formidable una tendencia que se ha observado desde hace décadas en general en el contexto europeo y nacional, y del que lógicamente no somos ajenos. Este desafío requiere entre otras cuestiones (1) diseñar una línea de actuación ambiciosa, global y consensuada, y (2) una apuesta sin precedentes de medidas y estímulos públicos para que pueda materializarse.
En cuanto al primero de los puntos, contamos con un posicionamiento positivo pues en el primer cuatrimestre de este año, se elaboró la Hoja de Ruta para la Reindustrialización Sostenible de Cantabria que contó con el apoyo de los agentes del Diálogo Social, y de todos los miembros de la Alianza por la Industria de Cantabria, y recoge cuatro objetivos básicos: (a) Lograr una mayor sofisticación del sector industrial; (b) Detener y revertir la desindustrialización; (c) Diversificar mercados internacionales; y (d) Aumentar la competitividad a través de una mayor productividad del trabajo.
Para la consecución de estos objetivos se plantea el cumplimiento de seis de ejes estratégicos que se desagregan en 74 medidas muy concretas de actuación, tales como acciones relativas a la atracción de nuevas grandes inversiones, el apoyo a proyectos estratégicos de transición energética, mayores estímulos para investigación e innovación industrial, la generación de nuevas capacidades de innovación, el seguimiento y acompañamiento de empresas en dificultades coyunturales, actuaciones para la formación y la atracción de talento, etc.
El segundo de los requerimientos es la máxima expresión de priorización mediante la disponibilidad de los recursos públicos suficientes para estimular la acción privada, porque los fondos presupuestados siempre son limitados y existen obligaciones sociales que deben ser atendidas. Sin embargo, esta priorización puede ser reflejada en los presupuestos regionales aumentando la ratio de recursos en materias industriales frente a otras materias de menor valor añadido, para acelerar medidas que rápidamente pueden ser impulsadas a través de recursos propios. Esto genera así mismo credibilidad para una demanda regional de apoyo por el Estado también al impulso de acciones industriales estratégicas, que tradicionalmente se han focalizado en el déficit de grandes obras de transporte.
Es una cuestión también de velocidad, vivimos en un entorno competitivo global y nuestro país tiene un cierto retraso en este desafío de la reindustrialización frente a las acciones que ya se vienen ejecutando por otras regiones. En cualquier caso, nos encontramos ante una oportunidad para sentar las bases de la economía de Cantabria en unos cimientos mucho más consistentes para la prosperidad de las próximas generaciones.
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