La importancia de desconectar

Pero, la Triple D toca ahora: Desconectar, Descansar y Disfrutar. Y es que en este mundo infodémico recibimos constantemente informaciones y tareas (muchas digitales). Así, la dificultad para cada día 'encontrar una aguja en un pajar' y priorizar a muchos les afecta incluso en sus estilos de vida o dificulta tomar correctamente decisiones tanto si son personas perfeccionistas o procrastinan. Esta exigencia diaria versus vacaciones nos remite a la necesidad de 'parar y reflexionar'. Dejar pasar el tiempo a fin de recargar pilas no es contradictorio con darse cuenta como que, a pesar de ciertas 'bombas de humo' para despistarnos, muchos modelos predictivos presagian tasas de inflación altas durante bastante tiempo y ello se seguirá reflejando en cuánto podremos gastar al hacer la compra. La cuestión está en qué esperar en tipos de interés a partir de septiembre si persisten de modo naif en ahogar la demanda (estrategia restrictiva 'hawkish' o halcón en castellano). Mientras, no viene mal desconectar ante tanto dataísmo y realidad en ciernes pues ¿las vacaciones son un momento idóneo para evadirnos de nosotros mismos o encontrarnos?