Secciones
Servicios
Destacamos
El que tiene imaginación no se aburre nunca. Te pueden encerrar donde sea que, si mantienes tu imaginación, seguirás manteniendo tu espíritu indomable. La imaginación es como un tren en tu cabeza. Cada uno tiene su propio tren de fábrica, pero puedes hacer que circule ... a toda máquina de muchas maneras, o que se ralentice hasta casi detenerse. Si circula lentamente, te puedes convertir en una marioneta manejada por otros, en un ser gregario que no hace preguntas incómodas, y puedes acabar en un partido político aceptando su ideología sin rechistar, en sistemas jerárquicos, o en tinglados empresariales inversionistas o multinivel. En estos casos se valora positivamente seguir al pie de la letra los dictados escritos, y esto mata la creatividad y el espíritu crítico.
Sin embargo, si tu imaginación es un tren de alta velocidad, y encima lo pones a toda máquina, puede descarrilar y seguir circulando sin control fuera de las vías: que es donde se confunden el genio y la locura.
Lo ideal sería un término medio, pero si a mí me dan a elegir me quedo con el loco. Con el que se adentra sin miedo en caminos inexplorados. Con el que arriesga el todo por el todo por una corazonada, o por amor. Con el que se levantaba en medio de la clase y, sin titubear, soltaba el rollo más inaudito y extravagante, haciendo reír al profesor. Porque él no se reía, él seguía siempre en sus trece. Y porque ese tío un día lanzará una flecha al abismo y ésta dará en el blanco, y entonces aparecerán los gregarios a darle palmaditas en la espalda, con el ya sabía yo que tú lo conseguirías, tío; pero ellos no lo sabían, nadie lo sabía, ni siquiera él, o ella, por eso tienen más huevos que ninguno.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.