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La Plataforma para la Defensa de la Constitución de 1978 se creó hace poco más de un año. El objetivo hoy es unirnos a otras iniciativas similares creadas en otras regiones de España. También queremos crecer en Cantabria.
Los miembros de la plataforma consideramos ... que cada día es más necesaria la Constitución, sobre todo cuando vemos como Podemos, Bildu y ERC hablan con el Gobierno y dicen querer romper España e implantar una o varias repúblicas.
¿Y por qué la plataforma? ¿Está en peligro la Constitución? El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha señalado que él y el PSOE, fueron partícipes del consenso en 1978 con casi todos los partidos, y siguen siéndolo. Por eso, se autoproclama como principal defensor de la misma.
La Constitución se aprobó con el voto de todos, excepto el espectro nacionalista radical y no radical vasco de entonces, igual que ahora. Y peor ha sido lo ocurrido con Cataluña, donde los nacionalistas catalanes que participaron en el pacto, a raíz del procesamiento de la familia Pujol por la enorme corrupción en la obra pública, son ahora los más radicales separatistas. Y hay que recordar que algunos están hoy sentenciados por el Tribunal Supremo por sedición contra el Estado y malversación de fondos públicos.
¿Quién puede creer al presidente del Gobierno? Más cuando hasta la apertura de las urnas juró y perjuró que nunca pactaría con Podemos porque no podría dormir, dado que durante años habían repetido hasta el infinito que querían romper los candados de la Constitución y liquidar a la monarquía constitucional.
Veinticuatro horas después, Pedro Sánchez se abrazaba en pacto de coalición con Pablo Iglesias, sin explorar posibles pactos alternativos para su investidura, por ejemplo con el apoyo del centroderecha, garante de los valores constitucionales.
¡No es no! Esa fue la respuesta. ¡Sólo un Gobierno de progreso!... Embaucadora palabra, propia del populismo; con desprecio a los valores constitucionales, que con nuestros antecedentes históricos, deberíamos cuidar todos como si fuera la niña de nuestros ojos.
¿Fraude electoral ante tal simulación que pervierte el sentido del voto? No parece que sea la respuesta. Debemos encarar la próxima cita electoral pensando en quienes creen, como nosotros, que los cuarenta y pocos años transcurridos desde nuestra Transición, la reconciliación nacional y el texto constitucional, con todas sus imperfecciones, han sido los mejores de nuestra Historia. Un hecho que ha reconocido el mundo entero.
El Título VIII de la Constitución, sobre el Estado de las Autonomías, que estrenábamos en 1978, es el mejor aval de que disponemos y no podemos despilfarrarlo tirando a la basura muchísimos votos, debido a la dispersión en varias candidaturas por la ley D'Hont. Y más en la España vaciada, de provincias con pequeña representación numérica de diputados. Aquí debería hacerse realidad la igualdad de derechos de los ciudadanos en cualquiera de nuestros territorios, haciendo desaparecer, como así ha sido en parte, las grandes diferencias entre norte y sur/sur y oeste, con origen histórico, generando intensas migraciones internas hacia el País Vasco y Cataluña, sustentadas en los privilegios que les supuso a ambas la existencia de un mercado único español, protegido por aranceles, que desarrolló su industria.
Y qué decir sobre sus pactos con los separatistas, ya sea para el cupo vasco, como para conseguir los 2.300 millones de euros de última hora para las inversiones catalanas y un sobreendeudamiento catalán que multiplica al del resto de las autonomías.
El pacto de la moción de censura se consolida y amplía, a costa incluso de cercenar la autonomía financiera y fiscal reconocida por ley a las comunidades autónomas, con el propósito de enmascarar el despilfarro catalán en sus embajadas y una televisión autonómica sectaria. Además de violentar el ordenamiento jurídico actual sobre la sedición, para poder esconder mejor un indulto vergonzante; o proceder al mayor ataque nunca visto al Tribunal Supremo. También se infringe nuestro derecho a conocer y usar el castellano como lengua española oficial del Estado. Para aquellos que quieran unirse a nuestra iniciativa, escribir a defensa.constitucion.78@gmail.com.
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