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La importancia del sector primario para nuestra comunidad está fuera de toda duda. Nadie se atreve a cuestionar que se trata de un sector clave para Cantabria: en lo económico, lo social, lo cultural, en nuestras tradiciones, en la lucha contra el despoblamiento... Su responsabilidad ... en un momento tan delicado como el que atravesamos en las últimas semanas y meses, es digna de elogio, y desde el Gobierno de Cantabria queremos trasladarles nuestro reconocimiento por ese esfuerzo adicional que han tenido que realizar. Durante la pasada huelga de transportistas, en el mundo rural de Cantabria se ha producido un hecho singular: ninguna explotación ganadera ha tenido que arrojar un solo litro de leche al suelo, ya que las cooperativas agrarias y las industrias lácteas han sabido estar a la altura de las circunstancias; ninguna ganadería ha dejado de abastecer de carne a los lineales de los supermercados y carnicerías. Las empresas agroalimentarias han seguido acercando hasta los estantes de las tiendas sus productos, y el sector pesquero, tras unos breves días de amarre de la flota, ha vuelto a abastecer de pescado a nuestras lonjas. Un comportamiento ejemplar y solidario que me lleva a trasladar una reflexión para el futuro inmediato del medio rural español: necesitamos apostar por el sector primario y conseguir que la distribución, verdaderos prescriptores de consumo en nuestra sociedad, lo reconozcan.
Todos debemos reconocer al sector primario (agrario, ganadero y pesquero) como uno de los grandes afectados por esta nueva crisis. Los insumos que forman parte del coste de producción de una explotación ganadera: los piensos, la energía (eléctrica y de gas), el gasóleo, los fertilizantes y los plásticos, se han incrementado de forma manera insoportable tras las perturbaciones derivadas de la invasión de Ucrania, y no se ha producido un incremento equiparable en los precios de venta de la leche, la carne, el pescado o los alimentos básico al consumidor, ni por supuesto, de los precios percibidos por los profesionales del medio rural y pesquero. Desde el Gobierno de Cantabria ya hemos realizado en las últimas semanas un apoyo adicional para compensar especialmente a los productores por dichos incrementos, y hemos puesto a disposición del sector primario un paquete de ayudas de más de 11,5 millones de euros. Pero lo cierto es, que será la mejora de los precios, lo que hará sobrevivir al productor.
Creo que esta crisis debe servirnos para tratar de solucionar problemas estructurales del sector primario que se han visto agravados durante las últimas semanas. Evitar la destrucción de la cadena de valor y asegurar que los profesionales del sector reciban un precio superior al coste de producción es un reto al cual debemos dedicar todos nuestros esfuerzos. Debemos trabajar unidos y coordinados, para que la Ley de la Cadena Alimentaria se cumpla y que no se sigan produciendo ventas a pérdidas. Por ello reclamamos del Ministerio la adopción de medidas excepcionales que garanticen el incremento de los precios al productor: necesitamos provocar un entendimiento nacional entre el sector primario, la industria y la distribución.
El mundo rural de Cantabria se encuentra ante una encrucijada. En este momento corremos un serio riesgo de abandono. Por muchas ayudas que pongamos encima de la mesa, la mayor parte de las actividades generadas por nuestros sectores lácteo, ganadero, pesquero o agroalimentario, pueden acabar cerrando por falta de rentabilidad, al no ser capaces de trasladar sus costes de producción al mercado y a la cadena alimentaria. Las ayudas no son la solución, pero en un momento de crisis como el actual son necesarias, y creo que es conveniente concentrarlas en las actividades más perjudicadas, para no atomizar los importes y que la ayuda no pierda su eficacia y frene el cese de la actividad de muchos profesionales que no pueden seguir produciendo a pérdidas.
Por tanto, el sector pesquero y ganadero, tanto de leche como de carne, deben tener un trato preferente. Los productores de vacuno de carne están sufriendo igualmente las consecuencias de esta coyuntura internacional. Teniendo en cuenta que el sector productor de leche ha sido ya identificado por el Ministerio como el más perjudicado y por ello sus productores van a recibir un trato diferenciado, he insistido en mis últimos encuentros con el ministro Luis Planas, en la necesidad de que esos fondos de la reserva de crisis lleguen también al sector de vacuno de carne para garantizar su supervivencia y reforzar su extraordinario papel como agentes medioambientales de primer nivel.
Cantabria cuenta actualmente con una de las mejores flotas del Cantábrico, y su apuesta por la modernización y especialización ha permitido que sea una de las más competitivas. Ellos también están sufriendo los elevados costes del combustible. Por ello voy a seguir reivindicando, ante España y la UE, medidas de apoyo al sector y mayores cuotas de pesca para nuestra Comunidad Autónoma que permitan que esas importantes inversiones puedanser recompensadas con unos precios justos.
Necesitamos que el precio de las excelentes materias que produce nuestro sector primario se vea recompensado con unos precios justos que permitan vivir con dignidad a las miles de familias que en Cantabria siguen apostando por el futuro de nuestro medio rural, porque son herramienta esencial para la lucha contra la despoblación.
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