Los derechos de la infancia en el entorno digital

Uno de cada tres adolescentes en España hace un uso problemático de internet y las redes sociales y uno de cada cinco podría tener un cierto enganche a los videojuegos, según los datos que arroja el informe 'Impacto de la Tecnología en la Adolescencia. Relaciones, Riesgos y Oportunidades', presentado recientemente por Unicef España.

Este estudio, el mayor sobre esta temática realizado hasta la fecha a nivel europeo, recoge las opiniones de más de 50.000 estudiantes de entre 11 y 18 años, de los que 2.316 corresponden a diez centros educativos de Cantabria.

De los adolescentes y jóvenes cántabros participantes en el estudio, el 89,5% se conecta a internet todos o casi todos los días; casi el 57% duerme con el móvil en la habitación; y el 19% se conecta a partir de las 12 de la noche. A pesar de que reconocen que la red les hace sentir alegría (97,1%), relajación (82%) o diversión (79,2%) del informe también se desprenden datos preocupantes: el 41,2% de los adolescentes en Cantabria ha recibido mensajes de contenido erótico/sexual, y casi el 20% ha quedado en persona con gente que han conocido por internet, chats o redes sociales.

El uso de la tecnología supone un aporte trascendental, tanto a nivel social como emocional. Les ayuda a hacer amistades, a no sentirse solos y encuentran a través de ella apoyo, comprensión y bienestar emocional; un surtidor de afectos y experiencias sin el que hoy es muy difícil vivir. Sin embargo, queda patente que también implica una serie de riesgos que no debemos obviar y que quedan retratados en las preocupantes cifras de sexting o contacto con desconocidos, entre otros.

La Convención sobre los Derechos del Niño establece que niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la libertad de expresión, de información y al juego, así como a la privacidad y a la protección frente a cualquier forma de violencia o efectos negativos para su bienestar y correcto desarrollo integral. Los derechos de la infancia se viven y se aprenden en el día a día, en cada acción. Se reclaman en cada circunstancia y en todo lugar, también en el ámbito digital, como recoge la Observación General número 25 del Comité de los Derechos del Niño, relativa a los derechos de los niños en relación con el entorno digital. Una sólida formación en derechos de infancia es una medida muy eficaz de autoprotección, tanto para identificar las injusticias que puedan sufrir como para conocer mecanismos de ayuda.

Somos conscientes de la necesidad de llevar a cabo un esfuerzo cada vez mayor a diferentes niveles y de poner en marcha nuevas acciones que permitan mejorar la salud y la convivencia de los más jóvenes, navegar y aprender seguros en internet, que cuenten con habilidades y herramientas para gestionar los riesgos asociados y crecer haciendo un uso saludable, equilibrado y respetuoso de las tecnologías para las pelaciones, la información y la comunicación, las TRIC. Es una magnífica oportunidad colectiva para contribuir a una sociedad mejor, más saludable e integradora.

Debemos actuar desde todos los sectores de la sociedad, familias, educadores, los propios niños y adolescentes, instituciones, gobiernos, industria tecnológica y líderes de opinión, con el objetivo de incidir en que niños, niñas y sus familias cuenten con las herramientas y apoyo necesarios para poder comprender los riesgos y denunciar las situaciones de abuso.

Para contribuir a esta tarea, Unicef ha lanzado la campaña '#SuMayorInfluencer', que tiene por objeto derribar miedos e inspirar cambios proyectando la idea de que también en el entorno digital los padres y madres son la mayor influencia para sus hijos y, por tanto, pueden ser sus mayores influencers. Cuenta con recursos para las familias y les invita a compartir sus experiencias de educación en la era digital para generar una comunidad receptiva. Unicef propone que los padres, influencers, tengan todas las conversaciones necesarias con sus hijos, desde que son pequeños, sobre el uso responsable de internet y que les ayuden a construir y fomentar relaciones sanas y estables tanto dentro como fuera de las pantallas. Porque el progreso de la infancia es el progreso de todos.