Los desaires de Pedro Sánchez
ANÁLISIS ·
En el final del año, a la preocupación por la pandemia se suma el bombardeo de malas noticias para las principales reivindicaciones de CantabriaSecciones
Servicios
Destacamos
ANÁLISIS ·
En el final del año, a la preocupación por la pandemia se suma el bombardeo de malas noticias para las principales reivindicaciones de CantabriaV iene hoy en la prensa alguna buena noticia para Cantabria?, ironizan con sonrisa malvada los dirigentes del PP mientras revisan estos días el periódico ... en busca del penúltimo mazazo que llega a la región en materia de infraestructuras ferroviarias, industria, ganadería o financiación autonómica, ese rosario de disgustos que Pedro Sánchez proporciona últimamente a su aliado, Miguel Ángel Revilla, desairado por el Gobierno central en sus principales reivindicaciones.
El Ejecutivo cántabro PRC/PSOE se prometía un final de año razonablemente tranquilo, con la aprobación de los Presupuestos 2022, expansivos en el gasto y sobredimensionados en los ingresos, que para eso es año preelectoral, merced a su holgada mayoría parlamentaria, inmediatamente antes de las vacaciones de la Cámara.
Y de repente han comenzado a caer chuzos de punta. Por un lado, la explosión incontrolable de la sexta ola de la pandemia, y al mismo tiempo, el aluvión de calamidades. Por ejemplo, la decepcionante exclusión de Cantabria del Corredor Atlántico Ferroviario, a través del tren rápido con Bilbao, hasta el año 2050, en una decisión con la que la Unión Europea ya amenazaba, antes, durante y después del viaje de Revilla a Bruselas, y que sólo sería reversible a estas alturas si el Gobierno Sánchez pone toda la carne en el asador. Francamente, no tiene pinta. En las carencias del ámbito ferroviario figura también el deterioro de la Red de Cercanías en Cantabria constatado en las frecuentes averías y deficiencias en el servicio.
La protección integral del lobo, confirmada por los tribunales, contra la que claman los ganaderos, el retraso en las ayudas para la transición energética de Solvay, la crisis de la industria electrointensiva... Una letanía de olvidos y malas noticias que golpean a Cantabria todos los días.
La penúltima, quizá la más grave de todas, alude a las funestas previsiones sobre la financiación autonómica, con un mordisco de 350 millones de euros en el cheque de Cantabria, que supondría más del 10% del Presupuesto regional. No es que el Ejecutivo Revilla tuviera mucha fe en que la reforma supondría más dinero para Cantabria, pero al menos confiaba en que no llegase menos, o sea, en mantener el estatus actual. Todos los partidos, incluidos los que apoyan al Gobierno, creen que una merma como la que ahora se maneja haría inviable la autonomía. Palabras mayores.
Revilla aguanta como puede el chaparrón de menosprecios que llueven desde Madrid, que uno tras otro pone muy en cuestión la esencia de su política, que es la reivindicación. El presidente cántabro protesta, escribe a Sánchez, le reprocha los desaires, y de momento traga, hasta la próxima. A su lado en el Gobierno de coalición, el PSOE navega con mucho cuidado para hacer ver que se posiciona a favor de los intereses de Cantabria, pero sin molestar más de la cuenta a los jefes de Ferraz y/o de Moncloa. Por eso se ha quedado solo al no apoyar en la iniciativa pionera que los otros cuatro grupos (PRC, PP, Ciudadanos y Vox) defenderán en el Congreso para modificar la Ley de Costas con objeto de prorrogar las concesiones de dominio público y así paliar otro estropicio, esta vez en el litoral, de la ministra Ribera, la protectora del lobo en el monte.
El PP, como siempre pero más que nunca, insta a Revilla a romper con Pedro Sánchez y con el PSOE de Cantabria por los agravios que llegan continuamente desde Madrid, y que añaden incertidumbre sobre el futuro ya complicado por la pandemia interminable, por lo que llegue de los fondos europeos y por la recuperación económica que se ve cada vez más problemática a juzgar por las previsiones de crecimiento que emiten todas las instancias públicas y privadas.
No es muy fácil que se produzca una ruptura en el Gobierno de coalición a menos de año y medio para las elecciones de 2023, pero el PP, a la cabeza de los grupos de la oposición, no quieren perder la oportunidad de presentar ante la opinión pública un Gobierno de Cantabria abandonado a su suerte por Pedro Sánchez, al que apoya en el Congreso en los asuntos importantes. Y si Revilla corta por lo sano con el PSOE, ahí está el PP parta dar estabilidad a su Gobierno.
Desde luego, Revilla y la cúpula regionalista están muy cabreados con el trato vejatorio que reciben de Madrid, lo cual contribuye a tensar más la cuerda con sus aliados socialistas en el Ejecutivo, con los que no les faltan desencuentros de todo tipo. Todos las afrentas son importantes, pero el asunto de la financiación autonómica es capital para el futuro de la región.
Hay que hacerse valer. Si Bildu consigue que los presos con delitos de sangre obtengan beneficios penitenciarios y ERC logra que el Estado sufrague hasta el doblaje de las series de televisión, Cantabria no puede consentir seguir aislada de las conexiones ferroviarias trascendentales, con la industria amenazada, a merced del lobo en el medio rural y con una financiación inviable, y quedarse cruzada de brazos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.