Desconecte si puede

No es por tocar las narices, pero septiembre está ahí, a la vuelta de la esquina. Así que usted, que hasta ahora ha 'disfrutado' del tiempo 'otoñal' de un verano que tuvo un mes de julio «frío», con sólo 193 horas de sol, ... y un agosto que no acaba de arrancar; usted, que aún tiene ojeras por haber trasnochado para ver a nuestros olímpicos, con sus luces y sus sombras, y no por haber estado viviendo el ocio nocturno, ahora clausurado; usted, que intenta desconectar con todo merecimiento y ya ha perdido, como la gran mayoría, la cuenta de los recursos y contrarrecursos entre el Gobierno y los hosteleros, de batalla continua por las restricciones; usted, que mientras disfruta de ese vermú lee, incrédulo, cómo el presidente confiesa que, cada vez que hay una resolución de su consejero de Sanidad, está 24 horas pendiente de si los jueces la ratifican o la rechazan; usted, que muestra con orgullo a su amigo cómo ya se ha descargado en el móvil el pasaporte covid y minutos después se entera de que ya no es obligatorio para entrar en el restaurante donde había reservado para cenar; usted, que estaba repasando el semáforo covid porque quiere recorrer Cantabria y tenía dudas de cuáles son las restricciones, acaba de escuchar que se ha 'apagado' temporalmente hasta que «no se aclare judicialmente y con precisión la situación y se conozcan sus efectos»; usted, que mientras está tumbado a la bartola, piensa inconscientemente si realmente su hija de 12 años será vacunada antes de que empiece el próximo curso como quiere la Consejería; usted...