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Ante tanto exceso informativo hacer una lectura siguiendo algunas sencillas orientaciones puede que nos ayude a distinguir aquellas informaciones objetivas y fiables.
La información que manejamos puede que sea una reinterpretación o una modificación, elemental o sustancial, de la original y eso es así ... porque, en ocasiones, está escrita en base al sesgo del escritor.
Especial cuidado hay que tener ante informaciones que realizan afirmaciones grandilocuentes o que nos asombran por lo que exponen. Estas exageraciones necesitan una cautela y evidencia extraordinaria.
Comprobar con precisión y claridad todos los detalles que se presentan en un escrito atendiendo al significado de los verbos que aportan importantes matices y, al respecto de los argumentos, deberemos analizarlos al detalle comprobando si son evidencias o interpretaciones.
Leer lo que otros medios están publicando en relación al mismo tema puede añadir dosis de credibilidad.
En el caso que la noticia nos interese mucho es conveniente completarla con una lectura de sus fuentes originales o referencias.
Estas estrategias nos pueden ayudar a discernir en qué fuentes se puede confiar y en cuáles no y a detectar cuándo las noticias están siendo exageradas o mal interpretadas, aun cuando se trate de medios en los que confiamos.
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