Despertares con resaca
LA TIERRA DORMIDA ·
El éxito de las fiestas despertó tal ansia viva mediática en el PP que solo se distinguió de quienes gobiernan por los ropajesSecciones
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LA TIERRA DORMIDA ·
El éxito de las fiestas despertó tal ansia viva mediática en el PP que solo se distinguió de quienes gobiernan por los ropajesEn veinticuatro horas, todo cambia, se detiene, y a veces, deja una rescoldo que, entre nubes, hace revivir lo que ya no es. En ocasiones -bruscamente- se abandonan momentos de ensoñación, irreales, en los que lo vivido ha sido tan fantástico, que solo puede dejar ... un halo de nostalgia. Los despertares, tras un bonito ensueño, suelen ser, por abruptos, frustrantes, al enfrentar el cielo con la tierra. Algo así ha ocurrido este año tras las fiestas patronales que han elevado la participación y el buen ambiente de tal manera que han llevado al paroxismo institucional a una especie de borrachera popular, que no ha permitido a 'algun@s' distinguir modos, formas e idiosincrasias de cada uno de los elementos -dicho en el estricto sentido de la palabra en la RAE- que tratan de gobernar y oponerse esta ciudad. Como la desafortunada imagen de un auténtico 'totum revolutum' de concejales regionalistas, socialistas (protagonistas 'intelectuales' de las fiestas) acompañados a modo de corifeos por ediles de la oposición -con la sonora presencia del los del PP- todos riéndose -no sabemos aún de qué- tras una pancarta saludando al pueblo de Santander desde la ciudad de Torrelavega. Gracia habría tenido si se hubiese exhibido el cartelón a la hora del blanco en la catedral de Chemaro en vez de sobre un escenario ante miles de personas. Desde entonces, en lo que parece un rito de ansia viva mediática, los ediles del PP se comportan en tan estrecha comunión mediática con quienes gobiernan que es a veces difícil distinguir católicos de ortodoxos si no fuera por los ropajes. El equipo de gobierno, con más imaginación que medios económicos, ha sido capaz de movilizar a los jóvenes -de púberes a añosos- de tal manera que se convirtieron, no en una parte de la fiesta, sino en 'la' fiesta, un evento sin incidentes reseñables y con alegría no contenida. Usando la imaginación, cuatro camisetas y unas raciones de paella, han logrado despertar por unos días a esta ciudad de su casi permanente duermevela; podríamos llegar a ser la feliz Arcadia si se aplicara igual método a la gestión seria y profunda que necesita Torrelavega. Sin embargo los despertares tras la fiesta conllevan resaca y el nuevo y definitivo curso político que se ha iniciado -votaremos en mayo- trae el primer dolor de cabeza con la noticia de que el concejal de movilidad Jesús Sánchez (PRC) ha perdido una subvención del Gobierno de España para rebajar un 30 por ciento el billete del transporte urbano, unos 20.000 euros, y que el edil socialista José Luis Urraca debe ordenar la devolución de 4.382 euros, más intereses de demora, al Centro de Investigación del Medio Ambiente por una subvención para la escuela municipal del área, no ejecutada. La realidad hace olvidar la ficción. También les ocurrió a Los Serrano.
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