Después del donuts, la muela
LA TIERRA DORMIDA ·
De nuevo se pretende levantar el comercio con 'boudades' que a veces terminan en escarnioSecciones
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LA TIERRA DORMIDA ·
De nuevo se pretende levantar el comercio con 'boudades' que a veces terminan en escarnioVaya por delante el reconocimiento a Fran Querol, un taniego -artesano y también escultor- que trabaja con pundonor en la recuperación de las representaciones netamente ... populares, como las carrozas o los gigantes y cabezudos. Esta antesala sirva, pues, para adelantarme a quienes retuercen las opiniones para reconvertirlas en inexistentes diatribas hacia un personaje. Ha sido Querol quien ha recibido el encargo de la concejala de Turismo y Comercio, también de Dinamización Poblacional -retruécano por cierto ya de difícil encaje en esta ciudad-, quien le ha pedido la creación de un nuevo icono urbano, una representación histórica de la Torre de la Vega, de cuatro metros y medio de altura, que está siendo realizada en resina, lo que favorecerá la iluminación interior.
Se trata, cuando menos, de una peculiar torre, que según la maqueta presentada el año pasado por la concejala García Viñas, será difícil asimilarla con la realidad (la remembranza de la casa fundacional). Esta ciudad, que ha perdido parte de su esencia pero, afortunadamente, no su buen humor, ya ha comenzado a llamar al nasciturus 'la muela', elemento que, junto al banco gigante y la jerigonza 'torrelaveganízate', pretende ser un medio dinamizador para acercar a propios y extraños a visitar nuestra ciudad, conocer su historia y, de paso, hacerse un selfi.
Pretende situarse en la confluencia de las calles Ruiz Tagle y Serafín Escalante, justo donde finaliza el rimbombante Paseo de las Estrellas, remedo apasionado, y por cierto alicaído, del de la Fama de Hollywood. Es importante no despreciar -porque son efectivos- los símbolos que quieren dejar fijadas identidades, como ha ocurrido en Suances, sin ir más lejos, con la escultura de Jesús González de la Vega, abriendo sus imponentes brazos al mar desde el alto de la playa de Los Locos, o las esculturas que en la ronda de Torrelavega fueron encargadas a este mismo artista por José Luis Gil cuando, siendo consejero de Medio Ambiente, mandó representar el espíritu que forjó esta ciudad -el trabajo y la inmigración-. Nuevamente, se pretende levantar el comercio urbano con 'boudades' que a veces terminan en escarnio.
Torrelavega no necesita imágenes para subir a Instagram. Se precisan medidas que trasmitan la idea de que esta ciudad no es un parque de atracciones, sino un territorio donde los proyectos de personas innovadoras y arriesgadas encuentren todas las facilidades para instalarse, donde los potenciales compradores tengan fácil el acceso al centro, donde la imagen física les sea agradable, donde para ir al cine no haya que viajar hasta un centro comercial a 25 kilómetros, donde 'los turistas' no se paseen cerca de los contenedores de basura sucios, donde la iluminación de los edificios invite a contemplarlos y los comerciantes no sean vistos como avaros si no como creadores de riqueza y empleo. Donde se haga más que se diga.
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Ana del Castillo
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