Dexametasona

Es un tratamiento en línea con lo que preconizaba el doctor José Luis Callejas, del Hospital Clínico de Granada, a finales de marzo, en un video que se hizo viral. Entonces se trataba poco más que de la corazonada de un médico, pero ahora estamos ante un ensayo clínico coordinado por la Universidad de Oxford, en el que se ha administrado el medicamento a más de dos mil pacientes, comparando con posterioridad los resultados con los de cuatro mil pacientes a los que no les fue administrado el fármaco. En las conclusiones hay evidencias de una disminución apreciable de la mortalidad en aquellos casos en los que los pacientes precisaban de asistencia para la respiración, un 20% en los sometidos a terapia de oxígeno y un poco por encima del 30% en aquellos conectados a un ventilador mecánico.

Ahora bien, antes de acudir en masa a las farmacias para adquirir la dexametasona, debemos tener en cuenta algunos detalles. Está claro que no es la panacea, pues reduce las muertes, pero no las elimina. Además, sólo ha evidenciado un efecto positivo en los pacientes más graves, los que necesitaban ayudas respiratorias. Por último, pero no menos importante, no es un medicamento antiviral, y no actúa de forma preventiva; se trata de un medicamento sintomático, que contribuye a reducir el proceso inflamatorio que cursa en los casos más graves de la enfermedad. Por todos estos motivos, no debemos automedicarnos con ella, sino dejar que sea un médico quien la recete.

Aunque no estemos ante la cura del covid-19, se trata de una terapia muy prometedora, la primera que ha demostrado capacidad para reducir la mortalidad de la enfermedad, según reconoce la OMS en un comunicado. Este fármaco, autorizado, disponible y barato, que ha demostrado ser capaz de salvar vidas, puede ser uno de nuestros mejores aliados dentro de pocos meses, si tenemos que enfrentarnos a una nueva oleada de la pandemia.