Del uno al diez

Tres. Si hemos encajado dos elecciones y ese esperpéntico escrutinio, lo de los pactos es pan comido. Que sepan los negociadores que no se nos escapará nada por mucho que jueguen al despiste. Cuatro. ¿Alcaldesa o alcalde en Santander? Ni en la capital de Cantabria lo saben. Es lo que tiene depender de Madrid. Vaya usted a saber cuáles son las instrucciones de Albert Rivera a Javier Ceruti. En algo tiene razón el portavoz de Ciudadanos en Santander. Ahora, como llave del gobierno, le quieren todos, pero en dos semanas «me querrán menos». Alguien le odiará, señor Ceruti, no lo dude.

Cinco. «Ahora a trabajar para que en las próximas elecciones la cosa vaya hacia arriba. Hacia abajo ya es imposible». Eso es pensamiento positivo, señor Carrancio, que se lo aplique Podemos que no sabe cómo superar el golpe. Seis. Una rectificación. A la consejera de Sanidad, nunca pensé que iba a resistir a tanto lío, pero ha aguantado la legislatura. Felicidades. Siete. Sí, sigue habiendo delegado del Gobierno en Cantabria. Se llama Eduardo Echevarría, pero no se prodiga tanto como su antecesor.

Ocho. (Un apunte de servicio público). En Castro hay que pagar por aparcar también los sábados por la tarde. Doce euros me costó enterarme (mejor que ochenta). Nueve. Hablando de multas. Espero que no hayan puesto muchas los quince 'no policías locales' de Santander desde que se hicieron la foto con la alcaldesa hasta que les quitaron el arma. Que alguien arregle eso por favor. Y diez (una alegría). ¡Racing, Racing y Racing!