El campo alza la voz

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se reúne hoy con las principales organizaciones del sector –Asaja, COAG y UPA–, mientras se anuncian movilizaciones en demanda de soluciones a los problemas que acechan a esta actividad. Criterios medioambientales que estrechan los márgenes de la agricultura y la ganadería, pero que responden a la emergencia del cambio climático. Cadenas de distribución que continúan alejándose de los productores. Precios finales que nada tienen que ver con lo que perciben agricultores y ganaderos. Inversiones para mecanizar y digitalizar el sector difíciles de rentabilizar a corto plazo. Dificultades para la transmisión de las explotaciones por línea familiar o mediante su venta. A todo ello se suma la sobrecarga administrativa para personas cuya actividad central es labrar y cosechar, atender a sus animales y convertirlos en fuente de alimentación.

El campo no es solo producción, la oportunidad de sostener ecosistemas muy variados y ofrecer un equilibrio paisajístico que forma parte del patrimonio común. Representa el único modo de que la población pueda permanecer en sus lugares de origen o verse atraída por espacios distantes de las conurbaciones. Representa la forma más natural de ordenar el territorio. Aunque todo eso esté sujeto a discusiones y debates, hay una evidencia incontrovertible: la crisis y el abandono del campo son un desastre para el país. También respecto a la autosuficiencia alimentaria que requiere desde un punto de vista estratégico.