Cantabria olímpica

Cantabria ha aportado a la delegación española en París un total de once representantes. A la espera de lo que ocurra hoy con la selección española de balonmano –afronta el partido por la medalla de bronce con la presencia de los hermanos Alex y Dani Dujshebaev– la actuación cántabra no merece otro calificado que el de sobresaliente. Una medalla de oro (Diego Botín en vela), otra de bronce (Cristina Bucsa en tenis), los cuartos puestos en hockey hierba de Álex Alonso y Nacho Rodríguez, y el de Athenea del Castillo en fútbol, la sensacional quinta plaza de Mohamed Attaoui en la prestigiosa prueba de 800 metros lisos, el diploma olímpico también en hockey hierba de Beatriz Pérez y Patricia Álvarez y la presencia en la final b de la remera Virginia Díaz es el balance final de los cántabros, que pone de manifiesto, una vez más, el nivel deportivo de una región que no llega los 600.000 habitantes, tanto en aportación de atletas como de resultados,

Detrás de todos estos éxitos se esconde el trabajo, muchas veces oscuro y poco conocido, de decenas de clubes, escuelas y colegios de la región, y de cientos de técnicos encargados de la detección de los futuros campeones, de su formación y de su seguimiento, con una dedicación que solo merece el aplauso unánime. Los ejemplos son constatables. Diego Botín se inició en un pequeño 'optimist' en las regatas que organiza la Federación Cántabra de Vela y el Real Club Marítimo de Santander en la bahía de Santander. Hoy está considerado como uno de los mejores regatistas del mundo, con un palmarés en el que además del oro olímpico figura el reciente título en la cuarta temporada de SailGP, tres medallas europeas (dos oros y un bronce) y un subcampeonato del mundo. Mohamed Attaoui fue descubierto por Héctor Sánchez, veterano saltador de la escuela de Ramón Torralbo (el hombre que estuvo detrás de todos los éxitos de Ruth Beitia) y desde hace años técnico del Atletismo Torrelavega y de la Escuela Municipal y hoy es subcampeón de europa y plusmarquista nacional de 800 con tan solo 22 años. Detrás de Álex Alonso, Nacho Rodríguez, Beatriz Pérez y Patricia Álvarez está el enorme trabajo que realizan dos de los clubes con mayor tradición en hockey de este país, la Real Sociedad de Tenis y el Sardinero Hockey Club. Athenea del Castillo, hoy jugadora del Real Madrid y titular en la selección campeona del mundo, se formó en un barrio de gran tradición futbolística, como es el Pesquero de Santander y en los pequeños clubes que apostaron por el fútbol femenino. Bucsa inició su formación en las pistas del Círculo de Recreo de Torrelavega y en las del Tenis de Santander y hoy es una de las primeras raquetas nacionales, su presencia es habitual en los Grand Slam y ya tiene en su palmarés el Master de Madrid en dobles. Y Virginia Díaz ha culminado con sus éxitos internacionales una formación que se inició en el Club de Remo de El Astillero.

Ahora es el momento de celebrar sus éxitos. De homenajearles. Pero también de reconocer el trabajo de todos los técnicos que hay detrás de ellos. Y, por extensión, de demandar de las diferentes instituciones que inviertan en el deporte base como garantía de futuros éxitos.