La carrera regionalista

Según las pautas que el Partido Regionalista se ha dado, quienes opten a sustituir a Miguel Ángel Revilla como cabeza de lista deben presentar el aval del 20% de las firmas de los miembros de su Ejecutiva, lo que limita enormemente las posibilidades de concurrir. De hecho, es posible que los cuatro candidatos no lo consigan, por lo que con su presentación se abre un periodo de negociación para aglutinar apoyos. Hasta el 28 de marzo pueden postularse los distintos candidatos y, si hay más de uno, el 4 de mayo los militantes votarán para elegir al que prefieran.

El procedimiento sucesorio abierto solamente decidirá quién encabeza la lista en los próximos comicios, ya que contará con la vigilancia de Miguel Ángel Revilla, que se reserva el control del partido, puesto que, jerárquicamente, está por encima del candidato electoral y que por el momento no está en discusión. Esta tutela pondrá sobre la mesa una bicefalia inédita en el PRC y limita la capacidad decisoria del próximo cartel electoral regionalista, pero intenta impedir que el momento crítico de la sucesión fragmente la formación.

El regionalismo, con sus casi cuarenta años de existencia, siempre ha sido un partido a imagen y semejanza de su fundador, ideólogo y la principal personalidad, con mucho, de la formación. En este momento, con 82 años cumplidos y una sucesión aplazada en repetidas ocasiones, el PRC se juega no solo quién va a ser su cara electoral, o en segunda instancia quién gobernará el partido, sino lo que la propia organización va a ser en los próximos tiempos. Tras Revilla, el PRC será, obligatoriamente, otra cosa. Tiene pendiente una puesta al día y una definición de su ideario tras un próspero ciclo en el que ha participado en el Gobierno de Cantabria durante 24 años, 16 de ellos con Miguel Ángel Revilla como presidente. En estos momentos, con una treintena de alcaldías, los regionalistas no solo han facilitado la investidura de la actual presidenta, María José Sáenz de Buruaga, sino que le han dado el respaldo parlamentario para sacar adelante los presupuestos de los dos primeros años de mandato. Dicho de otra forma, están haciendo gala de una gran responsabilidad política favoreciendo la gobernabilidad y estabilidad de Cantabria.

Con una rentabilidad máxima de sus resultados electorales, ya que solo en una ocasión, en 2019, fue la fuerza más votada, el PRC ha sido una influencia sin la que la Cantabria actual no podría entenderse. Por eso, lo que se dilucidará en las próximas semanas tiene una gran trascendencia para el futuro de nuestra región.