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El ministro de Agricultura, Luis Planas, insistió ayer en que los precios de los alimentos han tocado techo tras crecer un 15,4% el último año y se relajarán próximamente. Además, aseguró que los costes de su producción tienden a aminorarse, lo que favorece esa ... tendencia. Por esa razón, la parte socialista del Gobierno se resiste a intervenir en el mercado, frente a los requerimientos en los que coinciden las ministras de Podemos y la vicepresidenta Yolanda Díaz. La rebaja del IVA de artículos básicos no se ha mostrado capaz de contener la inflación en ese segmento. El riesgo de que extender esa medida a productos de mayor coste –como el pescado, la carne y las conservas– derive en su encarecimiento en origen, aparte de la elevada factura fiscal que supondría, disuade al Ejecutivo de experimentar con una iniciativa que sugiere parte del sector y propone el PP. Tampoco se plantea fijar un tope a los precios finales no solo por su más que cuestionable encaje legal, sino por considerar que podría inducir dos efectos negativos concurrentes: el retraimiento en algunos eslabones de la cadena alimentaria y una paradójica subida de costes en otros, hasta dar lugar a un resultado impredecible para la cesta de la compra. Planas recordó que Argentina, el único país del mundo que se ha empeñado en esta acción, soporta un IPC del 95%.
Yolanda Díaz deslizó ayer que la Ley de Comercio Minorista, de 1996, contempla que «el Gobierno del Estado, previa audiencia de los sectores afectados, podrá fijar los precios o los márgenes de comercialización de determinados productos» de primera necesidad o de materias primas estratégicas. Pero lo lógico sería que llevase a la deliberación del Consejo de Ministros una fórmula que lo haga posible y que, además, no presente contraindicaciones. Una fórmula que ella sabe perfectamente que no existe, aunque la retórica legal la suponga.
Puede que la confianza del ministro Planas en la regulación espontánea del mercado de los alimentos sea excesiva y voluntarista. Como sobraba su invitación a los ciudadanos a que busquen los precios más bajos. Pero lo que en ningún caso beneficia a los consumidores es que el tema pase a engrosar la negociación electoral entre Yolanda Díaz y Podemos a cuenta de la estabilidad de un Gobierno de coalición sobrecargado de tensiones internas en este último año de legislatura.
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