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La guerra de Ucrania vive un momento de bloqueo bélico y diplomático porque la anunciada contraofensiva de primavera no acaba de desatarse en el campo de batalla y no se percibe el menor avance hacia conversaciones de paz. Continúan las operaciones rusas con drones y ... misiles de crucero sobre la capital Kiev, mientras, por su parte, Moscú señala a infiltrados ucranianos como responsables de acciones de sabotaje contra instalaciones energéticas de Smolenks y bombardeos de artillería sobre la población fronteriza de Bélgorob. Las constantes acciones de desgaste sobre la población civil y puntos clave de ambos ejércitos indica la preparación del terreno antes de lanzar la ofensiva por parte de Ucrania y de defender los núcleos de población conquistados del lado de las fuerzas rusas. En paralelo, el tablero diplomático internacional está adquiriendo una extraordinaria complejidad que afecta a las negociaciones para la ampliación de la OTAN, al equilibrio nuclear entre EE UU y Rusia, la inestabilidad en Moldavia o las gestiones chinas para organizar unas conversaciones de paz.
Zelenski reclama insistentemente el máximo compromiso de los países occidentales y de la OTAN con la defensa de la integridad de su país y sostiene que ya hay fecha para la contraofensiva. La fecha exacta, la amplitud y los ejes del ataque, se mantienen en el máximo secreto aunque es un hecho que el ejército ucraniano dispone de mayor potencia de fuego tras la aportación de blindados de última generación, misiles de largo alcance y proyectiles capaces de neutralizar las instalaciones de radar rusas. El incansable líder ucraniano, Volodímir Zelenski, persevera sin desmayo en la inclusión de su país en la Alianza Atlántica y reclama garantías de seguridad a los aliados.
Pero Washington mantiene dudas importantes sobre la conveniencia de elevar el listón de la tensión con el Kremlin, en tanto que persiste el veto a la entrada de Suecia por parte de Turquía y Hungría. EE UU ya ha anunciado que dejará de cumplir algunos compromisos informativos con Moscú sobre ubicación y despliegue de armamento nuclear contemplado en el Tratado de Control, New START, incluida información actualizada sobre la ubicación de sus misiles y lanzadores, como represalia por las «continuas violaciones» del acuerdo por parte de Moscú. En este clima, no sorprende que el mediador chino Li Hui haya confesado que existen dificultades para que Ucrania y Rusia se sienten a la mesa y empiecen unas conversaciones de paz.
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