Deberes de Sánchez y Feijóo

La democracia es un sistema de valores y resultados. Está visto que su actual situación en España dista de la concordia. Las diferencias políticas se enconan cuando se buscan deliberadamente o se desprecian los marcos de encuentro institucionalizados a lo largo de más de cuatro décadas. La democracia se basa en el respeto a las minorías y en su consideración como aporte de riqueza para una realidad diversa sustanciada en mucho más que la tolerancia mutua. Pero los menos no pueden condicionar totalmente a los más. La amnistía parece consagrarse como condición inexorable para normalizar las relaciones en y con Cataluña porque aporta a Sánchez los escaños necesarios para seguir donde está. La moción de censura que el próximo jueves entregará a EH Bildu la Alcaldía de Pamplona preludia una sucesión de gestos –incluida la cita en el extranjero del presidente con Carles Puigdemont– que depreciará los valores de la democracia a cuenta de unos resultados tan forzados como huérfanos de valor.

Sánchez y Feijóo se comprometieron a que un término tan humillante como «disminuidos» desaparezca de inmediato del universo constitucional. Ese sí que es un resultado democrático sin otra pega que la vergüenza que supone su tardanza. También acordaron renovar letra y música respecto al CGPJ en sintonía con la UE. Ahora hace falta que las coincidencias superen, siquiera puntualmente, a las discrepancias. Que el desencuentro abismal entre los dos principales partidos deje alumbrar algún destello pedagógico. Para que los españoles recordemos que, como hace 45 años, siempre será mejor que los resultados de la democracia se atengan a valores sostenibles.