Secciones
Servicios
Destacamos
El presidente de Argentina, Javier Milei, aprovechó el domingo su presencia en la convención nacional de Vox en Madrid para pronunciar unas palabras que se referían al presidente español y a su esposa con un contenido acusatorio en un tono de burla. Un comportamiento inaceptable ... en un mandatario de visita en otro país, sea cual sea el motivo de su viaje. Es posible que Milei se sienta confortado por su provocación, y satisfecho porque considere haber logrado lo que pretendía. Pero sería deplorable que el Gobierno de nuestro país y los partidos que lo sustentan –empezando por el PSOE– viese en semejante despropósito la oportunidad para afianzarse políticamente enconando los ánimos tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional. Pedro Sánchez y José Manuel Albares pudieron haber respondido a la afrenta llamando a consultas a la embajadora española en Buenos Aires, pero haciéndolo en seco. Sin 'sine dies', sin hacer pública la condición de que el presidente argentino pida disculpas, o anunciando el propio presidente español «medidas» que en realidad no están en su mano si Milei persiste en su actitud. La misma respuesta por parte de la Casa Rosada de que la máxima autoridad de la República Argentina no va a retractarse ni hay razón para ello, y que si acaso recibiría gustoso las disculpas de la Moncloa lo dice todo sobre la sinrazón de una escalada ante la que ni los españoles ni los argentinos en su conjunto tienen porqué sentirse concernidos.
La polarización no es ya una inercia fuera de control. Constituye la estrategia central de todas aquellas fuerzas políticas que, con más o menos dosis de populismo, tratan de dividir la sociedad y el mundo de forma maniquea. De manera que no haya ni intereses comunes, ni espacios de encuentro, ni diplomacia. El cruce de declaraciones entre el Gobierno de Argentina y el de España conduce a un punto sin retorno. La Casa Rosada parece aspirar a que los socialistas sean desalojados de la Moncloa, y la Moncloa parece replicar con el mismo deseo respecto a Milei. Las instituciones y los grupos parlamentarios españoles han de velar porque la cordura y la moderación políticas prevalezcan en todo momento como su imprescindible aportación a la convivencia. No se trata de discutir en España sobre las culpas y las responsabilidades en las que incurre Milei. Se trata de que instituciones y partidos no solo renuncien a la polarización, sino que la prevengan y la combatan.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.