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Los estudios de Formación Profesional (FP), con su evolución constante en los últimos años, han conseguido, por fin, adquirir el nivel de calidad y prestigio que merecían como vía de acceso a los oficios y sus especialidades. Tomados durante mucho tiempo por una vía formativa ... secundaria, hoy en día acogen a 15.000 estudiantes en la Comunidad autónoma, más que la misma Universidad de Cantabria, cuando hace una década no llegaban a los 12.000. En la región se pueden cursar 23 de las 26 familias profesionales que existen en España, con 139 ciclos disponibles de las distintas especialidades.
Una oferta amplia y variada, que ha puesto en marcha en la Comunidad este mismo curso el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Puerto de Laredo, con un avanzado modelo para prácticas de navegación y pesca. Otras dos de las joyas de la FP regional, con gran demanda incluso desde fuera de Cantabria, son el CIFP La Granja de Heras, con su explotación ganadera robotizada, entre otras herramientas formativas, y el CIFP Nº1, que cuenta con un centro de robotización industrial. Ambos exhiben el sello nacional de excelencia.
Es clave en la fortaleza de la FP actual el cambio de mentalidad respecto a los estudios, y en ella influyen varios factores. En primer lugar, el buen nivel del que ya gozaba la mayor parte de la FP española, y su constatación por el hecho de su alta empleabilidad. En segundo término, la ampliación de la oferta, con propuestas de oficios con alta demanda y que, de nuevo, facilitan la colocación prácticamente inmediata. Sus ciclos han ido evolucionando y adaptándose a las cambiantes necesidades laborales con agilidad. Como tercer factor encontramos las inversiones en herramientas, especialmente las digitales, que reproducen de forma fiel, en ocasiones idéntica a la realidad, las condiciones que los alumnos posteriormente se encontrarán en la empresa. La colaboración con esta y la adecuación a sus requerimientos es el cuarto motivo que explica un éxito que ha logrado la ruptura de las barreras mentales y que la formación profesional haya dejado de ser el patito feo de la educación. Conviene subrayar también la alta implicación de tantos docentes con su tarea.
La relación estrecha entre formación y mundo laboral es una vía ineludible, en la que hay más recorrido por delante. La conocida como FP Dual, que incluye un elevado número de horas de integración del alumno en la empresa, es objeto de críticas desde el mundo sindical, pero con las garantías de que no se haga una contratación ilegal sería beneficioso profundizar en ella. Tanto por lo que la inmersión en las condiciones reales del trabajo significa en el plano formativo, como por lo que representa para la organización contar in situ con sus futuros candidatos a integrarse en ella.
Otras tareas que la FP lleva a cabo, la formación continua, cada vez más demandada, y la formación ocupacional, muy relevante para los desempleados, inciden en la importancia de estos estudios y el momento dulce que viven en Cantabria y su liderazgo nacional. Un éxito que ha de servir de aliciente para perseverar en su mejora y en la imprescindible función que desarrollan en la sociedad. Su ejemplo, la planificación a medio y largo plazo, la adecuación a la demanda, la inversión y el esfuerzo en digitalización son acciones concretas que también deben servir como modelo para otros sectores.
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