Secciones
Servicios
Destacamos
El desplome de la inflación, que cierra este mes de agosto en el 2,2% –según el dato adelantado ayer por el INE– después de dos caídas consecutivas de 0,6 puntos, presagia el final de la situación crítica a la que condujo la guerra ... en Ucrania, reconducida con la drástica política monetaria decretada por el Banco Central Europeo (BCE). Es cierto que ese descenso se basa en buena medida en la abaratamiento de los precios de los carburantes, sujetos a una alta volatilidad. También en un menor ascenso de los alimentos, que han mostrado una fuerte resistencia a revertir su escalada. Sin embargo, la rebaja del IPC subyacente –el más estable– hasta el 2,7% refleja una tendencia de fondo de aparente solidez, a la espera de su evolución a corto plazo. Ese frenazo resulta más meritorio al coincidir con un fuerte crecimiento de la economía –el 2,9% anual–, que ha convertido a España en el motor de la Eurozona. El control de la inflación debería empujar al BCE a acelerar la rebaja de los tipos de interés para fortalecer a las economías de la UE.
El alivio que representa para las familias es por partida doble para las hipotecadas gracias a la notable bajada del euríbor en agosto, la mayor desde 2013, que anticipa posibles movimientos en esa dirección del precio del dinero. El hecho de que la economía española esté encabezando las tasas de crecimiento del conjunto de la Unión Europea y se haya situado a dos décimas del IPC fijado como objetivo del BCE el 2%, indica que las bases de la actividad económica apuntan en la buena dirección. No se puede olvidar, sin embargo, que la media de los salarios de los trabajadores en nuestro país sigue por debajo de los vigentes en 2019 y repercutiendo en una capacidad adquisitiva inferior a la media de la UE. Según la OCDE, todavía somos el país decimosexto de los 27 de la Unión Europea en poder de compra de bienes y servicios.
Pero además de embridar los precios, la economía nacional tiene otras asignaturas pendientes que no conviene perder de vista. En primer lugar, seguir bajando las cifras de paro que todavía nos sitúan muy por encima de la media comunitaria. Y en paralelo a los objetivos de maximizar el empleo y aumentar la productividad, es apremiante lograr un incremento sostenido de los salarios que permitan a un sector social que vive en riesgo de pobreza y exclusión recuperar unos niveles de vida dignos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.