Secciones
Servicios
Destacamos
Pedro Sánchez advirtió ayer de que la delegación integral de las competencias de inmigración a la Generalitat catalana se limitará a las materias transferibles constitucionalmente. Mientras que el secretario general de Junts, Jordi Turull, manifestaba que el Ejecutivo central se habría comprometido a ceder todas ... las atribuciones. Como ya ocurrió con la proposición de amnistía, los socialistas remiten al articulado de la futura ley orgánica y dan a entender que mientras no se conozca su contenido no habría nada de qué hablar. El presidente puso en valor que, en virtud del pacto europeo, las decisiones fundamentales en materia de inmigración se adoptarán en Bruselas. Al tiempo que reivindicaba la naturaleza compuesta del Estado constitucional para avalar la necesidad de la Administración General de compartir responsabilidades con las autonomías. Un discurso parejo al que, desde el ingreso de España en la Comunidad Europea, en junio de 1985, ha mantenido el soberanismo. El horizonte de un vínculo directo entre las nacionalidades reconocidas por la Carta Magna y la Unión, mientras el Estado se diluiría por una cesión en doble sentido de sus perrogativas.
El Gobierno no puede eludir el debate sobre la competencia en el control de fronteras, que afecta además a la responsabilidad ante Europa respecto a corrientes migratorias procedentes de África y de América. Pero sería un dislate que, tras más de cuarenta años de trayectoria autonómica, se promulgara una ley orgánica para ofrecer a las comunidades una delegación a voluntad de las tareas de inmigración que el Ejecutivo resuelva ceder a Cataluña a través de Junts, más que mediante un acuerdo con la Generalitat. La viabilidad de la ley orgánica apalabrada por Félix Bolaños con el grupo parlamentario posconvergente parece más que incierta, porque no será fácil alcanzar una mayoría absoluta en torno a un texto que satisfaga a Carles Puigdemont.
El problema no está en la aplicación del artículo 150.2, siempre que junto a la anuencia de las Cortes exista una aceptación unánime por parte de todas las autonomías, sino en que Junts quiere una política aparte en Cataluña. Aparte del resto de España, en línea con la Europa más reacia a la acogida. Y Sánchez prefiere no verlo. Aunque el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, irrumpió ayer en su calidad de portavoz de Sumar enmendando a la totalidad al Gobierno del que forma parte.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.