Motores culturales

Simultáneamente con esta presentación, que tiene la virtud de aprovechar la marca Santander, que el Banco ha convertido en signo universal, han comenzado trabajos preparatorios para la obra del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (Mupac) en los solares de la antigua Diputación en Puertochico. Este edificio, que será también singular y ha sido proyectado por el estudio barcelonés de Héctor Mendoza y Mara Partida, será la tercera pieza del 'cuatrimotor' santanderino llamado a renovar el atractivo de la capital cántabra y desestacionalizar fuertemente su oferta turística.

A Centro Botín, Faro Santander y Mupac habrá de unirse el proyecto del Museo Reina Sofía-Archivo Lafuente en el edificio del Banco de España en la plaza de Alfonso XIII, con un proyecto de remodelación realizado por Voluar Arquitectura, de Madrid, y Zero Arquitectura, de Málaga. Junto a estos cuatro motores principales, hay que situar otros dos con enormes posibilidades complementarias: las Naves de Gamazo, ya operativas con la colección Enaire de Aena, y el futuro Museo de Bellas Artes de Santander (MAS), actualmente en obras de completa rehabilitación y que podrá plantearse un mayor aprovechamiento de sus muy interesantes fondos pictóricos.

La finalización de todas estas ejecuciones cabe situarla entre el presente año (el MAS, quizá) y el de 2026 (para el Mupac, si todo va bien), con una posible confluencia inaugural del Faro Santander y el Reina Sofía en 2025. La segunda mitad de la presente década podría significar para Santander, y por extensión para Cantabria, el tirón definitivo en el aprovechamiento del arte y el patrimonio como tractor del desarrollo.

Parece justo destacar la importancia del mecenazgo empresarial privado, que impulsa los proyectos de Piano y Chipperfield, así como la creación y mantenimiento del gran Archivo de José María Lafuente, acervo que el propio Gobierno español ha adquirido para integrarlo en el Museo Reina Sofía y que nuestro país no pierda esa extraordinaria colección. Asimismo, el mecenazgo de empresa pública sostiene las Naves de Gamazo.

La presencia del Ayuntamiento de Santander en todo ello es notoria, por haber participado en su concepción y facilitado su desarrollo. A su vez el Gobierno regional por fin ha logrado un horizonte irreversible para el Mupac, tras dar muchas vueltas al proyecto.

El resto de la vida cultural santanderina y también sectores como el transporte, la hostelería y el comercio minorista, se verán beneficiados por una intensa afluencia de foráneos al Santander no veraniego. Ello, por no hablar de, simplemente, el impacto de la disponibilidad del arte sobre los propios ciudadanos de Cantabria.

Es preciso, además, captar la tesis de que este despegue cultural santanderino debe ser aprovechado por el resto de la comunidad, sobre todo la que se sitúa en un radio de desplazamiento corto o medio. Una adecuada planificación durante estos años permitirá la revalorización de otras localidades y dará un sentido no solamente local, sino ampliamente regional, a estas sobresalientes iniciativas, que marcan, colectivamente, un antes y un después para la vida cántabra.