La música, un activo de Cantabria

Ha concluido con sobresaliente éxito el 22º Encuentro de Música y Academia impulsado por la Fundación Albéniz y el Gobierno de Cantabria. Solo prestar atención a la cifra ordinal nos indica ya conceptos de consolidación, trabajo bien hecho y proyección de futuro. La dedicación a los jóvenes valores y a la enseñanza de la música en contacto con grandes figuras es una fórmula imbatible que aún puede dar muchos más días de felicidad a la oferta cultural de Cantabria. La región debe sentirse orgullosa de haberse convertido en un centro de referencia en esta clase de experiencias, de trascendencia internacional. Ojalá también que el espíritu del Concurso Internacional de Piano, que tanta imagen mundial y positiva ha dado a Santander durante décadas gracias al empeño de Paloma O'Shea y sus equipos de colaboradores y patrocinadores, pueda continuarse en nuevas iniciativas capaces de prolongarse en el tiempo.

La música en todos sus géneros bulle por toda la región con fuerza incontenible. El propio festival Jazz Santander, que tras su cuarta edición culminada ayer con gran calidad de intérpretes y respaldo del público mira hacia cotas más altas. Y casi al tiempo que se inauguraba el FIS y se despedía el jazz, Luis Fonsi congregaba a decenas de miles de personas en un concierto de aforo libre en la Playa Salvé de Laredo, dentro del calendario de eventos del Año Jubilar Lebaniego 2023-2024. Los conciertos en la Magdalena y en numerosos emplazamientos de la comunidad dan satisfacción a la gran afluencia de turistas y al momento vacacional de la mayoría de los cántabros.

La elevación estacional de la cantidad de habitantes, más la movilidad veraniega desde comunidades más o menos próximas, acumula una demanda muy superior a la que nuestra región puede configurar entre octubre y junio. No obstante, una cosa queda muy clara: a la gente le gusta la música y hay todo tipo de público para todo tipo de música. Una buena programación puede lograr que este sector de la cultura vaya a más hasta alcanzar nuevas cotas, en beneficio de toda la sociedad. Un estudio reciente de economistas de la Reserva Federal de Estados Unidos calculó el impulso que los conciertos de Taylor Swift dan al PIB de los estados donde actúa. Es notorio que una buena oferta cultural constituye un motor de economía y empleo, además de su repercusión en el disfrute estético y de la sociabilidad. Así, de una buena organización y coordinación pública y privada del calendario musical se pueden derivar numerosos beneficios para la ciudadanía cántabra.