Las pruebas de Aldama

Pero resulta muy significativo que tanto la Fiscalía Anticorrupción como el titular del juzgado número 2 de la Audiencia Nacional hayan coincidido en dar verosimilitud a las revelaciones de Aldama, hasta el punto de comprometerse con su salida de la cárcel a la espera de que aporte pruebas concluyentes a la causa. Del mismo modo que resulta significativo que quienes a todas luces mantuvieron relaciones directas o indirectas con Víctor de Aldama sin que mediara ninguna obligación institucional le declaren, de pronto, moralmente insolvente.

Cabe percibir incongruencias grandilocuentes en las declaraciones y en los testimonios que han trascendido de Aldama. Pero el relato de todos los casos de corrupción está lleno de tales desvaríos, sin los cuales, por otra parte, resultaría imposible afanarse en burlar la ley comprando la voluntad de representantes públicos para repartirse el lucro resultante de la comisión de delitos penales. El PSOE de Sánchez no tiene hoy más remedio que contener la respiración confiando en que nada nuevo salga a la luz al respecto antes o durante su congreso del próximo fin de semana en Sevilla. En cualquier caso, es imprescindible que partidos e instituciones se atengan a lo que exprese el procedimiento judicial en marcha. Incluidas las iniciativas que las personas señaladas al parecer por el testimonio de Aldama opten por emprender en defensa de su inocencia y de su honor.

Hasta cierto punto puede ser lógico que Alberto Núñez Feijóo avanzase su disposición a encabezar una moción de censura contra Pedro Sánchez. Pero ni la viabilidad política de tal recurso parlamentario en este momento, ni la situación procesal del caso darían sentido a la reiteración de una oferta desoída. Será siempre más sano en términos democráticos esperar a que la justicia decante la verdad sobre el que ya no es el 'caso Koldo'.