Secciones
Servicios
Destacamos
Pedro Sánchez anunció ayer por la tarde la suspensión de toda su actividad pública hasta el próximo lunes por la necesidad de «parar y reflexionar» sobre si sigue al frente del Gobierno o se retira ante «la gravedad de los ataques» que, según expresa en ... una insólita «carta a la ciudadanía», están recibiendo su esposa y él. Ello después de que horas antes hubiese declarado en el Congreso que, «a pesar de todo», sigue «creyendo en la Justicia» tras conocerse que un juzgado ha abierto diligencias previas contra Begoña Gómez por supuesto tráfico de influencias a raíz de una denuncia de Manos Limpias. El líder socialista se siente víctima de «una operación de acoso y derribo» para hacerle «desfallecer en lo político y en lo personal», tras la que ve la mano de «la derecha y la ultraderecha»; un conglomerado en el que aparentemente mezcla a partidos, medios de comunicación y al pseudosindicato que ha llevado a su pareja ante los tribunales.
La iniciativa no tiene precedentes, ni está contemplada constitucionalmente ni aporta sosiego alguno al país, aunque los reproches en los que se fundamenta son legítimos en el ámbito del enfrentamiento partidario. La admisión a trámite de una denuncia no prejuzga la presunción de inocencia de Begoña Gómez por sus contactos con empresas que, por lo que se conoce hasta ahora, parecen más cuestionables estéticamente que desde el punto de vista penal. Sobrevuela el escrito de Sánchez una pertinente pregunta sobre si no se estarán sobrepasando límites inadmisibles en el juego político en España que merecería una reflexión de todos los partidos, también del suyo y su Gobierno.
En cualquier caso, el anuncio permite solo tres desenlaces posibles: una declaración en la que se reafirme en sus convicciones e intente reanudar su mandato; la renuncia a la presidencia a causa de las dificultades políticas y el quebranto personal que le supone el desempeño de sus funciones, dando paso a la interinidad que conllevaría no poder disolver las Cortes en lo inmediato; y que se someta a una cuestión de confianza desde un ánimo victimista. Si el retiro obedece a que no tiene claro que «esto le merezca la pena», ayer se declaró imposibilitado para retomar su actividad. Si con ello ha pretendido someter a un enésimo 'shock' a los españoles para reducir la oposición y las críticas a una maniobra ilegítima contra su presidencia, la legislatura será aún más inestable tras un enconamiento del que Sánchez no es inocente.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.