Educar en y para la igualdad
La fuerza de la unión logrará que, en el futuro, dejemos de celebrar el 25 de noviembre
Ana Obregón Abascal y Rosa Díaz
Sábado, 27 de noviembre 2021, 07:24
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Ana Obregón Abascal y Rosa Díaz
Sábado, 27 de noviembre 2021, 07:24
Desde Marie Gouze, con su 'Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana', de 1791, muchas mujeres y hombres han luchado por romper el prototipo único de ama de casa y madre, sin voz ni voto en la sociedad. En España, gracias ... a Clara Campoamor, que en 1933 consiguió el hito del sufragio femenino en España, se han producido muchos avances como la incorporación de la mujer a la vida pública, la equiparación de los permisos por nacimiento de hijos y muchas otras medidas, fruto todas ellas del desarrollo de políticas de igualdad entre hombres y mujeres.
El derecho a la no discriminación por razón de sexo está recogido en nuestra Constitución, y multitud de textos internacionales sobre derechos humanos reconocen la igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, las estadísticas nos golpean con la cruda realidad: 1.118 mujeres han sido asesinadas en España víctimas de violencia de género desde 2003.
La violencia contra las mujeres es la máxima expresión de la desigualdad y por eso combatirla en su origen, educando en igualdad, es la mejor herramienta para su erradicación. En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que acaba de celebrarse, sería bueno recordar que la violencia no son sólo los asesinatos, las agresiones o el maltrato de las que son objeto muchas mujeres. También hay violencia en las palabras, en el lenguaje que nos cosifica y en los gestos denigrantes, porque la violencia es mucho más sutil y profunda.
Una reciente macroencuesta revelaba que un 13,7% de las mujeres residentes en España mayores de 16 años había sufrido violencia sexual a lo largo de su vida, y gran parte de los casos de abusos por parte de sus parejas, familiares o conocidos quedan muchas veces silenciados. Todos estamos obligados a luchar de forma conjunta contra cualquier acto que atente contra la integridad y dignidad de la mujer, ya que sólo así lograremos alcanzar una sociedad justa e igualitaria. Creemos en la importancia de la educación para prevenir conductas -celos, dependencia, miedo al rechazo, inseguridad, etc- que impiden el desarrollo de la mujer en libertad. Violencia de género, discriminación salarial o menores pensiones de viudedad, mayor desempleo femenino, la todavía escasa presencia de las mujeres en puestos de relevancia o los problemas de conciliación muestran como la igualdad efectiva entre mujeres y hombres sigue siendo una prioridad de primer orden. Como dijo hace 140 años Jon Stuart Mill: «Aquella perfecta igualdad que no admitiera poder ni privilegio para unos ni incapacidad para otros». La fuerza de la unión logrará que, en el futuro, dejemos de celebrar el 25 de noviembre porque ya no será necesario.
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