Secciones
Servicios
Destacamos
Por fin un día para no olvidar, el populismo gracias al esfuerzo y persistencia de las reflexiones desenmascaradoras está siendo derrotado, por más que no se oiga un esbozo de mea culpa. Hace un mes, por mayoría democrática, cayó un acendrado populista, quien con ... tal de satisfacer sus deseos gloriosos de líder irredento o caudillo de su pueblo, no dudó en alentar sentimientos enardecedores del espíritu patriótico: primero su país, aún a costa del sacrificio de otros que luchan contra la opresión, la pobreza y el menosprecio. Creyéndose en posesión del ejercicio de sus vastos poderes unipersonales llevó al mundo al enfrentamiento, al antagonismo y al decaimiento económico, con guerras proteccionistas para elevar el poder económico de su país por encima del bien y del mal. Un día leí que un líder de Irán se preguntaba quién era aquel individuo que se creía sentado en el trono del poder y de la verdad -'su verdad'-, sino un ambicioso constructor sin valores intelectuales y morales. Y no estaba desencaminado. Y en realidad todos los días pueden ser efemérides si afrontamos con decisión el abordaje del populismo que, como siempre ha sido, se configura para encauzar la rebelión de las masas y a río revuelto ganancia de pescadores.
En nuestro país tenemos una situación política decadente y enfermiza. No es de recibo que quien obtuviera una abultada derrota electoral esté sentado a la derecha de Dios padre, haciendo y diciendo las cruentas barbaridades que le pasan por la cabeza. Como hace unos días, por ejemplo, sentado en el trono de la sabiduría dijo que nadie espere que yo condene el separatismo ¿Es esto admisible?
Un pueblo no puede aceptar que se alce en armas contra la legalidad, la justicia y la equidad, un alto representante de una nación con legendaria historia en el mundo. Y no solo por la agresividad contra el pueblo que gobierna sino por la bajura de sus atribuciones intelectuales. Más bien parece un penoso transeúnte que apenas pudo acabar el Bachillerato. Luchar contra la indignidad en la Historia es también un objetivo común de un pueblo culto, con gran espíritu democrático como la reciente historia da fe de ello. Es una necesidad vital acabar con la impostura actual por más que beneficie a quien está disfrutando del poder gracias a la democracia.
La Corona también enfrenta una situación de abordaje histórico por parte de numerosos miembros de este gobierno decadente, que están aprovechando la hipérbole de 'el que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija'. No es admisible hacer tierra quemada de lo que en su día fue una efeméride escrita con laureles en la Historia de España: la victoria de la Corona en el asalto al Congreso. Todo debe ser reconocido y encauzado por la senda de la justicia, sin vituperar, sin destrozar corazones entregados al heroísmo de quien los salva. Si una cosa importante tiene la democracia es el imperio de la ley. Dejemos, pues, que ella se encargue de juzgar a todos con la misma vara de medir, y a la vez, neguemos a los populistas la posibilidad de abrir trincheras contra valores arcanos de la Constitución que a todos ampara y encamina.
Es momento de reflexión sin detenernos en el abordaje de la lamentable situación. Una mirada histórica nos debe reconducir a posiciones más lúcidas y democráticas. Fuera los faraones, los que acaparan todo el poder temporal y lo usan y abusan. La distribución del poder en forma colegiada, es una necesidad ya inaplazable para que los caudillos no puedan volver a aparecer.
Nuestra trayectoria política ahora es sinuosa y burlona. Afrontamos dificultades que desde luego no son insalvables si las acometemos con sentido democrático. Pero es necesario priorizar actitudes, enmendar riesgos y salvar obstáculos. Ahora mismo el norte es poner la bandera en enfrentarnos a gobernantes irresponsables e inmaduros, faltos de valores éticos y oportunistas. Acometer este cambio es ahora irrenunciable. La población toma acuse de recibo de la situación y demanda cambios drásticos para abordar con éxito los enormes obstáculos que tenemos delante: una enfermedad destructiva galopante, un endeudamiento colosal, un paro sin freno, una debilidad institucional inadmisible y un decaimiento económico en caída libre. Demos voz y voto a los intelectuales para que la razón triunfe sobre el deterioro intelectual de los líderes actuales. Las universidades están para propiciar individuos capaces de crear, producir y potenciar los niveles de pensamiento necesarios para el rearme y el salto hacia el crecimiento económico, la gobernabilidad del país y el estado de bienestar. Es necesario abrir nuevos cauces económicos para el desarrollo técnico, investigador y creativo de nuestras universidades.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.