Encantado de verte otra vez

En contra de lo que pudiera deducirse de la autocomplaciente charla, América ya había sido descubierta antes de la existencia de la autonomía. Dicho de otra forma, Cantabria nunca fue un páramo cultural ni todo lo bueno se hace ahora. La altura artística del Festival Internacional de Santander (FIS) superaba infinitamente a la actual; la cueva original de Altamira podía visitarse, existían la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la Fundación Botín, el Ateneo, un teatro vecino y magnífico, el Pereda asesinado; salas de cine y de exposiciones, galerías de arte -recuerdo a Sur- o música de calidad y de vanguardia -noches y madrugadas del Drink- por citar unos ejemplos. No era Santander la 'Atenas del norte', al modo en el que se vendía entonces, pero sí una ciudad de referencia cultural en España, especialmente en los meses de verano.

En cuanto al Museo de Prehistoria (Mupac), el anuncio del inicio de la construcción a final de año es solo un dato interesante. Alguna excavadora se acercará en esas fechas al solar de Puertochico dada la cercanía de las elecciones regionales -el ciudadano debe apreciar movimiento tras una legislatura vacía-, pero lo relevante será comprobar si la obra continúa pasado mayo, porque las cuentas que maneja el vicepresidente para dar viabilidad al proyecto son las de la lechera. Con todo, pese a que en el encuentro en el Ateneo se destacó lo bueno, se obvió lo regular y no se habló de lo que no se ha hecho, me sumo a la conclusión de que la Cultura autonómica ha funcionado, apuntándose el mérito de la desestacionalización de actividades. Cantabria estaría mejor de lo que está si el conjunto de la acción de Gobierno hubiera tenido un comportamiento similar.