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Las ferias siempre sabían a verano. Eran tiempos para el entretenimiento, descanso y de expectante alegría, felizmente finalizado ya el curso. Las ferias recorrieron todos ... los lugares posibles que existían en la ciudad. Sus comienzos fueron bastante inciertos pues las llevaron y se instalaron lo que conocemos hoy por el Alto de Miranda, donde terminaban algunas líneas de tranvías y luego de autobuses. De ahí pasaron a la Segunda Alameda a mediados del siglo XIX y casi toda la primera mitad del XX.

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eldiariomontanes Las ferias de Santiago en Santander