Esfuerzo y recuperación del turismo

Nada nuevo suscribo al afirmar que la actividad turística, y todo el entorno de dinamismo que genera a su alrededor, es un motor económico esencial para España y para Cantabria que ha experimentado un histórico retroceso. Sin embargo, gracias a la capacidad de resistencia de los empresarios y trabajadores, principalmente de la hostelería y del comercio, gracias a los avances sanitarios experimentados con las vacunas y gracias a las ayudas públicas del Gobierno de Cantabria y del resto de las administraciones, hemos podido encauzar un necesario esfuerzo común para iniciar un proceso de recuperación que confío en que podamos percibir en los próximos días.

La temporada estival en Cantabria, aunque alejada de las cifras anteriores a la crisis sanitaria, cuenta con unas aceptables previsiones. Incluso los datos del pasado verano, a pesar de las restricciones, ofrecieron unos brotes verdes de este proceso de recuperación que día a día se va arraigando gracias a los avances sanitarios y a los deseos de las personas de descorchar una normalidad que no hemos podido disfrutar en los días del estado de alarma.

Las reservas para el verano en Cantabria aumentaron tras el anuncio del Gobierno de no prorrogar el estado de alarma y poner fin a los cierres perimetrales, de tal manera que en los meses de julio y agosto oscilan entre el 70 y el 80%. Pretendemos consolidar estas buenas perspectivas prolongando el periodo estival a los meses de septiembre y octubre por medio de una serie de acciones concretas. Una de ellas es la de retomar la actividad del aeropuerto 'Seve Ballesteros', que durante 2020 estuvo prácticamente cerrado. Queremos reanudar todos los vuelos que teníamos antes de la pandemia y lo hemos logrado por el momento con 25 rutas programadas para este verano, incluida la de Marrakech tras la apertura de la frontera con Marruecos. Además, este año estrenaremos conexiones con Murcia, Santiago de Compostela, Manchester y París. El objetivo, tal y como anunció el presidente Miguel Ángel Revilla en el Debate del Estado de la Región, es volver a tener un aeropuerto con cifras como las de 2019 que alcanzaron los 1,2 millones de pasajeros.

Entre las acciones programadas para contribuir a la recuperación turística y consolidarla se encuentra el desarrollo del Plan de Sostenibilidad Turística de Liébana y Peñarrubia que llevaremos a cabo en colaboración con el Gobierno de España y la Mancomunidad, un plan dotado con 2,7 millones que mejorará las condiciones de la población rural junto al Plan del Alto Asón que está en fase de valoración.

Seguimos trabajando con Castilla y León y el Ministerio de Agricultura para impulsar la rehabilitación del Túnel de la Engaña abordando la unión de la boca del túnel con Vega de Pas a través de un carril bici.

También impulsaremos los Caminos Patrimonio de la Humanidad como infraestructura verde. Acabamos de recibir tres millones de euros dentro del Plan Nacional Jacobeo para organizar el patrimonio cultural y crear nuevos albergues pensando en el próximo Año Jubilar Lebaniego que se celebrará en 2023. En esta materia hemos tenido reuniones con el presidente del Principado de Asturias y el presidente de la Xunta de Galicia para trabajar en la promoción de estos patrimonios que en Cantabria afectan al Camino Lebaniego y al que conduce a Compostela por el Camino del Norte. Además, hemos aprobado un plan de obras para mejorar, reponer o construir infraestructuras turísticas de los distintos ayuntamientos por los que pasa el Camino del Norte y el Camino Lebaniego con una inversión de 2,4 millones.

Pero todo este esfuerzo inversor de poco nos servirá si no nos planteamos el turismo interno, el nacional y el internacional no sólo desde el punto de vista de la calidad de las ofertas de ocio. Las fortalezas turísticas de Cantabria, de todos conocidas, van a depender en gran medida de la seguridad sanitaria que podamos ofrecer a nuestros visitantes. Hablar de un turismo responsable desde el punto de vista sanitario, haciendo hincapié en los aprendizajes que hemos adquirido en contacto con la pandemia, ya constituyen un factor determinante a la hora de elegir los destinos. El sacrificio realizado por todos los estamentos vinculados con la actividad turística resultaría vano si no se acompañara de la responsabilidad individual de cada uno de nosotros. Es así como lograremos esa plena normalidad sanitaria y la recuperación de nuestro turismo.