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No creo que haya habido tantos planes de educación en otros países como en España. Desde la Ley de Instrucción Pública o Ley Moyano de 1857, con las sucesivas reformas, como la libertad de cátedra, surgida en 1868. Después llegaría la Institución Libre de Enseñanza ... en 1876 y la reforma pedagógica de Giner de los Ríos. Vendrán posteriormente los decretos de Romanones en 1901 y, a partir de 1907, aparecen la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones científicas y la Residencia de Estudiantes en 1910. Con la Segunda República llegan las Misiones Pedagógicas y la educación pública laicista, de De los Ríos Urruti. Tras la Guerra Civil, todavía en 1938, se plasma la Ley de Reforma de la Enseñanza Media, la Ley de Ordenación de la Universidad española de 1943, de Sáinz Rodríguez; la Ley de Educación primaria de 1945, de Ibáñez Martín; la Ley de Ordenación de las Enseñanzas Medias de 1953, de Ruiz Giménez y el plan de 1957 de Rubio García-Mina, con sus respectivas reválidas y el preuniversitario, reconvertido en COU. Y después la Ley General de Educación de 1970, de Villar Palasí.
En democracia se han aprobado, aunque no todas llegarían a buen puerto: la Ley Orgánica por la que se regula el Estatuto de Centros Escolares (Loece) en 1980, de Otero-Novas; Ley de Reforma Universitaria (LRU) de 1983 y la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación (LODE), de 3 de julio de 1985, de Maravall Herrero; Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo de España (Logse) de 1990, de Solana Madariaga; Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) de 2002, de Del Castillo Vera; Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006, de San Segundo y Díaz Gómez de Cadiñanos y Cabrera Calvo Sotelo; Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) de 2013, de Wert Ortega; y, por último, la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (Lomleo) de 2020, de Celaá Diéguez.
A este ritmo seguramente tendremos más leyes, pero no se olviden del gran desconcierto de la educación en España. Sería bueno que se hiciera, de una vez por todas, una política de Estado sobre Educación, en la que diesen su opinión todos los elementos que componen la sociedad española, de manera consensuada, libre, abierta, participada, sin partidismos estériles que no conducen a ninguna parte. Es una tarea inexcusable de todos. ¿A qué esperamos?
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