El cóctel de Trump no pasa el corte

Estamos hablando del cóctel de fármacos que Donald Trump estuvo promocionando hace poco más de un mes, tanto en la televisión como en las redes sociales. Sus esfuerzos en pro del tratamiento provocaron un aluvión de visitas a las farmacias, la mayoría con recetas privadas, e incluso provocó un accidente que terminó con la muerte de un hombre en Arizona. Ha sido necesario, por todo el mundo, tomar medidas para evitar el desabastecimiento de estos medicamentos en las farmacias, ya que son básicos para el tratamiento de enfermos de lupus o artritis reumatoide.

El efecto Trump hizo que la gente se arriesgara a automedicarse con unos fármacos de los que ya se sabía que no servían para evitar contagios, y que además son compuestos de elevada toxicidad y con graves efectos secundarios.

Un mes después de los anuncios, han comenzado a publicarse los datos de ensayos clínicos, concretamente uno de la Universidad de Virginia, llevado a cabo en hospitales de veteranos de guerra. Aunque el estudio no cumple con todos los requisitos que se exigen en ensayos rigurosos, es la prueba con mayor número de pacientes publicada hasta la fecha, con 368. En sus conclusiones, el estudio desaconseja el uso de la hidroxicloroquina, sola o combinada con azitromicina, el cóctel milagroso de Trump, ya que no ha demostrado una eficacia terapéutica contra el Covid-19 que justifique los riesgos que comporta su uso. Otro estudio realizado en Francia, sobre una muestra menor, ha llegado a las mismas conclusiones.

Hay que ser prudente a la hora de valorar estos resultados, sigue habiendo estudios en marcha sobre el uso de la hidroxicloroquina, más ajustados a los estándares exigibles para las publicaciones científicas, pero es un aviso. Con mayor motivo debería haber sido prudente un personaje cuyas palabras son aceptadas sin discusión por mucha gente simplemente por ocupar el puesto que ocupa.