La inmunidad, a juicio

El estudio, dirigido por el médico español Carlos Cordón-Cardó, concluye que la mayoría de los casos leves de Covid-19 generan anticuerpos, lo que confiere a estas personas inmunidad frente al coronavirus al menos por un periodo de tiempo, durante el cual estarán a salvo tanto de contraer la enfermedad como de transmitirla.

Han confirmado que la respuesta inmunitaria tarda varias semanas en desarrollarse completamente, por lo que el momento ideal para realizar un test de anticuerpos es, por lo menos, tres o cuatro semanas después del inicio de los síntomas. También han observado una correlación entre los anticuerpos IgG, que son los que detecta el test, y la presencia de anticuerpos capaces de inactivar el virus.

El estudio está pendiente de revisión, lo que quiere decir que sus conclusiones deben tomarse como algo provisional. Por motivos obvios, hay al menos una duda que el estudio no puede despejar: la duración de la inmunidad. Además, algo más del uno por ciento de los pacientes del estudio no generaron anticuerpos, o lo hicieron en niveles muy bajos, que no garantizan la inmunidad, y todavía se desconocen los motivos.

Esta es una buena noticia y tenemos que tomarla como tal. Que el cuerpo humano desarrolle inmunidad frente al coronavirus, independientemente de la duración de la misma, indica que es factible desarrollar una vacuna. En el peor de los casos, si la eficacia de la vacuna no fuera más allá de unos pocos meses, estaríamos ante un panorama similar al de la gripe. Si el virus fuera estacional, como lo son los demás miembros de su familia, tendríamos a la enfermedad bastante controlada.

Es necesario que se lleven a cabo toda clase de estudios del coronavirus; si queremos conseguir la victoria definitiva, todo el conocimiento del enemigo es poco.