No es estacional

Todas las observaciones apuntan que el SARS-CoV-2 se comporta de forma diferente a otros coronavirus, y en general a los virus causantes de afecciones respiratorias. Estos últimos, efectivamente, suelen ser estacionales, y su capacidad de transmitirse de una persona a otra se intensifica en condiciones de frío, debido a la menor humedad ambiental y a la mayor proximidad entre individuos.

Sin embargo, la situación actual en EE UU con un tremendo número de contagiados en medio del verano, o en Brasil, Filipinas, la India y otros países ecuatoriales con temperaturas elevadas, indican lo contrario. Parece que al SARS-CoV-2 no le afectan las diferencias climáticas, y salta de una persona a otra simplemente cuando están cerca. También lo atestigua la incidencia de rebrotes en nuestro país: en plena ola de calor, nos estamos moviendo en cifras de casos positivos similares a las de mayo, y la evolución de la curva de contagios no invita al optimismo.

Ahora mismo, el epicentro de la pandemia se ha situado en los Estados Unidos, y Sudamérica se encuentra en pleno invierno. La posible coincidencia entre la transmisión del coronavirus y la circulación habitual en estas fechas del virus de la gripe ha encendido todas las alarmas, por la tensión a la que se pueden ver sometidos los sistemas sanitarios de la zona.

La portavoz ha resaltado que mientras se presentan altos niveles de covid, los niveles de gripe no están creciendo por el momento, así que en el hemisferio sur se espera una temporada atrasada de gripe. Su recomendación es que todo el mundo se vacune contra la gripe, para al menos limitar la exposición a ese virus.

Ha insistido también en que lo que sí influye fuertemente en la transmisión del coronavirus son las grandes reuniones, que la gente no respete la distancia social y que no tome todas las precauciones complementarias.

Tenemos que ser conscientes de la situación, no olvidar cómo estaban los hospitales en abril y tener presente que eso se puede repetir a poco que nos descuidemos. Y de cara al próximo otoño, seguramente también aquí deberíamos empezar a planificar la campaña de vacunaciones contra la gripe.