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Estamos acostumbrados a que todos los años se celebre el Debate sobre el Estado de la Región en el que los políticos hacen balance de lo acontecido en Cantabria. También a que CEOE nos informe periódicamente de la salud de las empresas cántabras y a ... que las asociaciones de comerciantes nos digan si las ventas han aumentado o han caído de forma estrepitosa. Igualmente, los sindicatos aportan su visión de la economía cántabra o de los logros conseguidos por los trabajadores para su mejora laboral.
Pero, hasta la fecha, nunca hemos tenido acceso a la opinión de los profesionales que ejercen sus distintas profesiones en Cantabria. Hablo de abogados, titulados mercantiles, profesionales de las ingenierías de obras públicas, caminos, navales, agrícolas, industriales de minas, de montes, técnicos industriales, agrónomos y forestales así como administradores de fincas, economistas, psicólogos, logopedas, arquitectos, arquitectos técnicos, podólogos, farmacéuticos, gestores administrativos, médicos, procuradores, graduados sociales, enfermeros, veterinarios y fisioterapeutas y tantos otros que tienen su despacho, consulta u oficina abiertos a la ciudadanía de a pie.
Cada uno de estos profesionales tiene una visión de la situación en la que se encuentra Cantabria y del presente y futuro de su profesión en el contexto económico actual y a medio plazo. En cualquier caso, existe una inquietud común: ¿para cuánto da Cantabria?
Las previsiones de crecimiento económico no son halagüeñas, al margen de lo que nos digan los políticos, y el sentimiento generalizado es de estancamiento.
Los ingresos por actividad son cada día más bajos, a igualdad de trabajo realizado, comparado con años pasados, probablemente por un aumento de la competencia o por la caída del poder adquisitivo o una combinación de ambos. La facturación disminuye y cada vez es más difícil encontrar clientes que paguen lo suficiente para mantener unos resultados saneados a fin de año.
Los mensajes de internacionalización o de digitalización del negocio que permitan acceder a nuevos mercados y clientes no son de aplicación en la mayoría de los casos, aunque, evidentemente, pueden ser parte de la solución. Es difícil que un fisioterapeuta tenga pacientes en Soria o que un veterinario cuide del ganado en Extremadura. Aunque también es cierto que muchos otros profesionales pueden prestar sus servicios vía web.
En Unión Profesional de Cantabria creemos que ha llegado el momento de hacer llegar a la ciudadanía nuestra visión del 'Estado de la Región' partiendo de un análisis particular del estado de cada una de nuestras profesiones.
¿Para cuánto da Cantabria? ¿Cuántos universitarios tendrán la posibilidad de ejercer su profesión en Cantabria? ¿Cuántos profesionales acabarán en el paro en los próximos años por falta de actividad económica? ¿Cuántos profesionales hoy emigrados podrán retornar? Todas estas preguntas y otras muchas nos tienen que valer para hacer un diagnóstico claro de cómo está la situación actualmente y aventurar el escenario a medio plazo. De este análisis deberán salir nuevas propuestas complementarias a las ya esbozadas en el Libro Blanco de la Unión Profesional de Cantabria, que hace meses fue entregado al Gobierno regional.
No queremos que se nos tilde de localistas o anacrónicos en un mundo globalizado donde el mercado está más allá de Castro Urdiales, Unquera o Reinosa. Tratamos de entrar en ese mercado nacional o internacional de prestación de servicios; pero sí queremos dejar constancia de que, a día de hoy, el deterioro que han sufrido los profesionales que ejercen en Cantabria pasa por lo que muchos califican de «decadencia» de nuestra región. Probablemente seamos parte del problema y podamos ser parte de la solución, siempre y cuando se nos dé la oportunidad de colaborar con el Gobierno en el diseño de planes estratégicos a largo plazo.
Reivindicamos nuestra presencia en todas aquellas mesas sectoriales de trabajo que hasta la fecha sólo están constituidas por gobierno, patronal y sindicatos. Evidentemente, no queremos hablar de convenios colectivos sectoriales, ni interferir en las relaciones tripartitas que en esas mesas se puedan debatir; pero sí creemos firmemente que esas mesas deberían tener un enfoque más amplio y dar cabida a una visión de la realidad sectorial que conocen más de 20.000 profesionales. Estamos en los ciento dos municipios de Cantabria. Sabemos lo que pasa día a día y cómo nos afecta en lo profesional.
Las conclusiones que extraigamos de nuestro debate del estado de las profesiones nos servirán para redefinir éstas y deberían ser, también, un dato de entrada más que relevante en el diseño de las políticas regionales de crecimiento económico. Como ya hemos manifestado al nuestro Gobierno regional, ofrecemos conocimiento y colaboración para intentar que Cantabria se sitúe en el grupo de cabeza de las Comunidades autónomas.
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