Estudiantes africanos
CANTABRIA POSITIVA ·
Una solución a la caída demográfica en las aulas es ofertar plazas a alumnos subsaharianosSecciones
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CANTABRIA POSITIVA ·
Una solución a la caída demográfica en las aulas es ofertar plazas a alumnos subsaharianosPara la educación es más importante el registro civil que la ley orgánica de turno. En los últimos días del año, un sindicato de profesores, STEC, llamó la atención sobre una caída de matriculación consecutiva ya de siete años en Educación Infantil; algo que solo ... podía ser misterioso para quienes no hayan observado las estadísticas de natalidad de los últimos veinte años en Cantabria. Hace ya algunos que advertí a responsables de educación superior que, a la vista del hundimiento de la natalidad a partir de 2008, debían esperar un importante descenso de matrícula a partir de 2026. Entonces parecía fecha remota, pero ahora ya solo queda prácticamente un mandato rectoral.
En 2018 nacían ya 2.000 mil niños cántabros menos que diez años antes. En 2019 la cifra volvió a reducirse. Es evidente que, en ausencia de remontada reproductiva o de importación de familias con niños desde otras comunidades o países, las aulas se van a ir aligerando progresivamente. En principio, lógicamente, como indica el sindicato, por los niveles de los más pequeños. Pero después esta onda recorrerá todo el sistema. La gran pregunta es que, si estamos dispuestos a planificar de verdad, ¿cómo encajar esta falta de demanda? Recuérdese que las niñas nacidas a mediados de los 90 y que ahora podrían plantearse la maternidad pertenecen también a un valle natalicio, y además postergarán la decisión.
Mi propuesta de arreglo es un poco insólita, pero funcionaría si se organiza bien. Consistiría en ofertar plazas a niñas y niños de países subsaharianos con fuerte presión de natalidad, por ejemplo Mali.
Nuestras escuelas mantendrían más o menos constantes las cifras de matrícula, daríamos a esas mocedades africanas la oportunidad de una buena educación y de un vivir o bien en familias de acogida o bien en internados, o bien en fórmulas mixtas. De paso, aliviaríamos el peso de la población juvenil sobre la sanidad, la educación, la alimentación e incluso la seguridad pública de Mali. Y nos saldría más barato que enviar soldados allí para controlar conflictos violentos surgidos del desajuste entre crecimiento de la población y crecimiento de la riqueza.
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