El despilfarro no es el Camino

Vaya por delante que el exconsejero tiene todo mi respeto por sus muchos años de servicio dedicados a esta comunidad autónoma, pero su tiempo ya pasó. Su concepción desarrollista del turismo pudo tener su momento, pero hoy está ampliamente superada. O quizá sea que el señor López Marcano confunde efeméride con efímero, pues reduce el Año Jubilar a una temporada de macro-eventos de un día, carísimos y totalmente desvinculados del significado y la esencia de un acontecimiento tan trascendental –que lo mismo pueden celebrarse aquí que en Marbella– y cuyo impacto apenas se ha dejado sentir en Liébana.

Es cierto que vivimos en la «civilización del espectáculo», que tan bien describió Vargas Llosa en su ensayo del mismo título, pero ¿qué sentido tiene un concierto como el de José Carreras, con un coste de 900.000 euros, totalmente fuera de mercado, y al que apenas acudieron ochocientas personas? ¿Cuántos asistentes al concierto de Muse visitaron el monasterio de Santo Toribio? ¿Qué aportó a Liébana la función de los drones?

El PRC ha llevado el Año Jubilar a la más absoluta banalización, convirtiéndolo en una excusa para la celebración de conciertos veraniegos por doquier. Que no digo yo que no pueda haberlos, pero forman parte de una estrategia diferente. Un acontecimiento tan especial como es el Año Santo no debe recibir el mismo tratamiento que otro producto turístico cualquiera.

Las nuevas tendencias apuestan por desarrollar experiencias en colaboración con las comunidades locales, relacionadas con la singularidad del territorio, el paisaje, las tradiciones y el patrimonio cultural, tal y como plantea el nuevo proyecto que la Fundación Camino Lebaniego va a presentar en la próxima Feria Internacional de Turismo (Fitur) bajo el lema 'El Camino continúa'. Si el señor López Marcano se hubiera molestado en hablar con los lebaniegos, sabría que para ellos lo importante es el Camino y que cuando se gasta más en la albarda que en el burro, mal negocio estamos haciendo.

Sigue diciendo el exconsejero de Turismo que a su salida del Gobierno había 2,1 millones de euros en caja listos para su uso (¿en qué caja? ¿en la de la desastrosa política de captación de patrocinios? ¿en la de Cantur?). Parece que el señor López Marcano no sólo no está al tanto de las nuevas líneas de trabajo en materia turística, sino que tampoco lo está de las cuentas de la Fundación. A la llegada del PP al Gobierno, las arcas de la institución estaban tan vacías que fue necesario transferir fondos de la Dirección General de Turismo para poder hacer frente a los compromisos que había adquirido el ejecutivo anterior, lo cual es perfectamente demostrable.

Este Año Jubilar Lebaniego finaliza el próximo día 14 de abril y habrán de transcurrir 1.464 días hasta que se produzca la próxima efeméride, allá por 2028. Cuatro años por delante para posicionar el Camino en el lugar que merece; para construir un proyecto sólido, integrador, sostenible y con un impacto positivo en el territorio.

Según un informe de la consultora KPMG, el turismo religioso genera en España más de 22.000 millones de euros, una cifra nada desdeñable, desde luego, que supera incluso a la del turismo cultural, y es un modelo especialmente beneficioso para las comunidades rurales. Bien gestionado, el Camino supone una maravillosa oportunidad no solamente para la comarca lebaniega sino también por los lugares por los que este transcurre. Muchas localidades de nuestro entorno lo han entendido perfectamente. Solo hay que mirar lo que hacen otras ciudades santas, cómo lo gestionan, para darse cuenta de que el despilfarro no es el Camino.