Secciones
Servicios
Destacamos
Muy gratamente me sorprendieron unas líneas firmadas por Antonio Lamadrid en las que opinaba que «ser espiritual no implica ningún concepto o idea sobrenatural». En esta aciaga etapa, con una humanidad enfermiza, alegra comprobar que alguien es capaz de no renunciar a algo tan ... moderado como ilusionante que es un idealismo reconfortante y aglutinador. Actualmente lo normal es dejarse abrazar por una corriente adoradora de la pegajosa materialidad mundana. La palabra espíritu les produce un sarpullido mental porque la consideran tabú. Como medida precautoria antes de entrar en materia apuntalaremos algunos conceptos tan usuales como desconocidos: espíritu es lo incorpóreo en oposición a materia; substancia es algo causal que se moldea a las esencias formales permaneciendo inmanente en su efecto vivificándolo, que puede ser de índole espiritual o energético-material, y vegetal o biológico-animal; hombre es un sujeto dotado de razón que se enfrenta al mundo externo con su doble modalidad funcional. Como bicomponente goza de una parte espiritual que le permite soportar propiedades y tributos. Uno de ellos es el entendimiento que por definición es patrimonio del alma y le proporciona la capacidad de cognición reflexiva. Idea es el conocimiento puro y racional debido a las condiciones mentales del individuo que, según Hegel, es la unidad dialéctica de la sustancia que entrelazándolas con otras da lugar a los pensamientos. El espíritu resulta algo imprescindible para que el ser humano reúna las condiciones necesarias y suficientes para serlo en concreto. Con este atributo puede generar ideas de naturaleza espiritual.
Con el propósito de llegar al máximo número de personas consiguiendo su aceptación, prescindiré de todo lo que pueda tener connotaciones religiosas. También pretendo matizar la diferencia entre un verbo ser, que supone plena existencialidad, y estar, que conjuga las presencias físicas sujetas a las leyes naturales y muy especialmente a la de espacio-tiempo.
Repasemos el proceso cognitivo humano: comienza por una imprescindible y previa información de los sentidos corporales. Merced a ella nuestra mente se forma una imagen intramental de lo que está conociendo que inicialmente es cuantificadora. La vista funciona como una cámara fotográfica que precisamente en ella se inspiró su inventor. Es una complejísima estructura que envía al cerebro la información visual. Esta información es cruzada con los listados de las ideas memorizadas anteriormente. Después vienen las opiniones personales y convicciones que pueden acabar en órdenes ejecutivas como máximo escalón de la cadena de mando.
Es imprescindible que el homo sapiens hubiera sido motivo de un diseño antes de su aparición en el planeta. Según los cálculos de probabilidades, la posibilidad de que el universo haya sido creado por una casualidad es de cero coma cuarenta mil ceros y uno. Más o menos la misma que por obra y gracia de una explosión en una inmensa sopa de letras el resultado hubiera sido la composición tipográfica de las aventuras del hidalgo caballero Don Quijote de la Mancha.
Con diseño previo o sin él, el hombre tenía que disponer de una estructura mixta con unos sentidos corporales e informadores del entorno exterior. Además, una computacional visera cerebral biológica que fuera manejada por una hábil usuario como es el entendimiento humano. De esta forma ha sido capaz de realizar al completo el proceso cognitivo: bicomponente de sensibilidad-cognición, materia-espíritu o cuerpo-alma que es el asunto espiritual que tanto nos intriga. Así como para ver en 3D requería la visión conjunta de ambos ojos, para poder conocer ha sido necesario disponer de una sensibilidad informadora y ese usuario del biológico computador cerebral. Si fue un diseño resultó exitoso y una casualidad sería increíble. El guionista del universo no dio puntada sin hilo y premeditadamente lo dotó de entendimiento y razón para que tuviera una conciencia refleja y además fuera observador del universo. Tenemos cristalinamente claro que el espíritu es todo un componente natural del hombre. Espero que muy pocos puedan dudarlo y si lo hacen que aporten pruebas. Lo espiritual además de ser natural es tan necesario como suficiente. El cuerpo humano para no ser una estatua inanimada requiere una aportación biológica energética y una substancia espiritual que lo vivifique, como caso excepcional para que sea reflexivo a diferencia del animal. El componente material del cuerpo puede estar o no presente. Su espíritu es y será siempre, aunque solo permanecerá inmanente en el cuerpo mientras viva, la sustancia espiritual garantiza su existencia y es su componente más noble que le cualifica como hombre a diferencia del animal.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.