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A quienes sentimos interés por todo lo relacionado con el lenguaje nos parece sorprendente que se hayan adoptado en España con tanta rapidez y naturalidad ... un montón de anglicismos que en nuestro idioma tienen perfecta definición. La nómina de ejemplos resulta variada: 'online' por 'en línea'; 'tablet' por 'tableta'; 'influencer' por 'persona influyente'; 'followers', 'like' y 'link' por 'seguidores', 'me gusta' y 'enlace', etc. Pues bien, éramos pocos y parió güela. Se ha puesto de moda otro: 'fake'. Y porque cuanto significa les preocupa a ciertos políticos. A unos cuantos se les llena ahora la boca –ahora, qué tarde– con el loable afán de combatir las 'fake news' (o sea, noticias falsas). Les preocupa la cuestión de fondo, pero queda claro que les importa un pimiento la de forma.
Debería ser matizado por aquellos que se muestran de repente tan celosos guardianes de la citada materia si en el capítulo de 'fake news' se incluyen sus promesas electorales (en elevado porcentaje, pertenezca el gobernante al partido que pertenezca, tantas a menudo incumplidas). Porque para 'fakes', las infografías, los proyectos grandilocuentes que no se sustentan en financiación pública, las palabras vacías y el humo oral propio de estas fechas que transitamos. Cita tras cita con las urnas no pierde vigencia el chiste del político que, para ganarse sus votos, les dice en pleno mitin a los habitantes del pueblo: «¡Y prometo que os haré un puente!». A lo que ellos responden: «¡Pero si no tenemos río!». Y el candidato remata: «Pues entonces… ¡os haré un río!». Puro 'fake' conceptual, ¿no?
La imparable realidad 'fake' de cuanto se divulga de forma exponencial en el cajón de sastre llamado internet, obliga a que el personal espabile y elija bien sus fuentes de información. Si acude a los medios de prestigio –y está claro, por trayectoria, cuáles son– nunca será engañado. Así de sencillo. Es obvio constatar de qué grifos no conviene beber, pues no garantizan al cien por cien el agua potable. Si somos mayorcitos para lo que nos conviene, seámoslo de una vez para todo. Bajen ya unos cuantos de la higuera.
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