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Flaco favor nos hace a las mujeres las políticas puestas en marcha por las comunistas Montero y Belarra y las socialistas Celaá y Alegría. Serán recordadas porque hicieron trizas la educación, la calidad y la lucha por la igualdad de derechos ... y obligaciones de las que, como yo, somos trabajadoras y defensoras de nuestras posibilidades dentro de un mundo ocupado mayoritariamente por hombres.
Este gobierno nos quiere débiles e indefensas y todos sus pasos legislativos así lo corroboran.
Comenzaron con la entrada en vigor del Real Decreto 326/2021, de 11 mayo, en el que la endometriosis, una enfermedad crónica cuya causa se desconoce pero que padecen más de 2 millones de mujeres, fue eliminado del listado de exenciones para poder opositar al cuerpo de la Policía Nacional.
Con la entrada en vigor de esta legislación frustraron las aspiraciones de muchas opositoras que llevaban años luchando por su vocación o por su elección, en un claro ejemplo de desigualdad, injusticia y discriminación hacia la mujer. Cualquier mujer con esta enfermedad crónica tiene que renunciar a su futuro como miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sin tener en cuenta si dicha afección era incapacitante o no.
Y al igual que en 2021 se le cerró una puerta a las mujeres y se legisló en su contra sin pensar que la mayor parte de las que padecen endometriosis pueden hacer vida normal, porque muchas de ellas son asintomáticas, ahora, solo un año después, nos encontramos con que dos ministras quieren tener unos minutos de gloria y mucha presencia mediática legislando ahora sobre la menstruación.
La Estrategia de Juventud 2022-2030, que aprobó el Consejo de Ministros el 17 de mayo, incluye que se respete la ausencia a clase de las alumnas con reglas difíciles y dolorosas, dismenorrea, en línea con las bajas laborales por salud menstrual que se han incluido en la reforma de la ley del aborto.
Y una simple diputada de Cantabria observa, con impotencia, desde el Congreso de los Diputados, que es la casa de todos los españoles, cómo este conglomerado de socialistas, comunistas y el resto de avalistas, nos incapacitan como mujeres para trabajar, para opositar e, incluso, para pensar. ¿Quién nos ha preguntado o ha consultado nuestra opinión respecto a un tema que nos afecta en primera persona? ¿Qué pensarán los regionalistas de esta propuesta que deberán apoyar o rechazar en las próximas semanas?
Las firmes defensoras de la mujer, la educación y la igualdad, nos venden como seres débiles y vulnerables, contradiciendo cualquier argumento por el que nosotras reivindiquemos nuestros derechos y obligaciones respecto a los hombres. España quiere limitarnos al igual que lo hacen países como Nepal o Japón donde son expulsadas de sus casas y enviadas al patio de la casa, o bien, a los cobertizos que son destinados para cuidar a los animales o tienen prohibido preparar ciertos alimentos durante los días del periodo.
Vivimos con preocupación un aluvión de cambios legislativos que comenzó con la destrucción del valor del esfuerzo, el mérito y la capacidad, con la aterradora Ley Celaá. Una ley que contiene numerosas medidas que se han aprobado sin contar con el apoyo de ningún sector educativo. Una de ellas es la repetición, convertida ahora en un hecho excepcional.
Un ataque a la libertad de las familias para decidir cómo quieren educar a sus hijos y dónde, sin que se ponga en entredicho si sus hijos son o no de ellos.
Y a esto ha seguido una defensa acérrima y desacertada de nuestros derechos en el que se ha deteriorado el concepto de familia, de educación en valores y de igualdad.
Las mujeres tenemos mejor rendimiento educativo que los hombres, eso es algo claramente demostrable, pero convertirnos en un colectivo vulnerable... ¿es realmente un avance social o una estigmatización de la mujer?
Todo el mundo está de acuerdo en que las mujeres que se ven muy afectadas por la regla no se hallan en condiciones de trabajar y deben recibir la baja laboral, existen diferencias sobre la conveniencia o no de promulgar una ley ad hoc que en teoría beneficiaría a las mujeres, pero que en la práctica podría dificultar su contratación y perjudicarlas en el mercado laboral.
Durante años llevamos luchando por defender que la regla no se considere como una enfermedad que te impida bañarte, hacer deporte o que te incapacite para el desempeño de ciertas profesiones. Una mujer con dolores menstruales intensos nunca ha tenido problemas para que su médico le justifique la ausencia al trabajo. ¿Por qué no bajan el IVA, del 10% al 4%, en productos de higiene femenina como son las compresas o los tampones?
Claramente, la ley que pretende poner en marcha el Gobierno supondrá un nuevo límite a la contratación de mujeres en edad fértil.
Igualdad y defensa de la mujer sí, pero que dejen de vendernos como un producto defectuoso porque no lo somos.
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