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La fascinación de la tontedad

La equivocación la comete quien habita en la certeza y no en la saludable duda

Viernes, 13 de marzo 2020, 07:31

El mensaje publicitario destaca que un telescopio a la venta «es tan potente que puede ver de noche», otro aclara que «se pintan casas a domicilio» y un tercero, en la pared de un bar, asegura que la cerveza facilita la conversación y no el ... wifi. En Santander, un letrero demanda que no se retire una determinada botella de agua, alineada junto a muchas más, «porque aguanta la estantería»; el dueño de un garito de la periferia, quizás harto, ha colocado el siguiente texto en un azulejo del lavabo de hombres: «Mea contento, pero mea dentro»; hay quien ofrece 'Comida casera para comer', y una tableta de Samsung es objeto del fabuloso descuento de veinticinco céntimos -de 209 euros a 208,75-, aunque en un anuncio de hace años en este diario el precio rebajado era más elevado que antes del abaratamiento. Pero la obviedad, lo curioso y el gazapo ocasional suelen tener gracia.

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