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Vota como vives es más que un slogan político. Vota como vives es un reclamo, una petición, casi una plegaria que si tiene respuesta, si cala, me obligará a trabajar con las mismas ganas, fuerzas, principios y valores que aplican ustedes a la vida que ... les toca lidiar.
Porque de eso se trata, de aplicar a nuestros gobernantes la misma exigencia en su trabajo que al resto de los mortales nos reclaman en nuestra empresa y en nuestra vida. No es de recibo que aquellos que prometieron miles de puestos de trabajo en una mina fantasma; que asaron bueyes para celebrar que el AVE llegaría a Santander en 2015; que iban a llenar Comillas de chinos estudiando español; que juraron que La Pasiega y el Mupac los pagaría Europa con sus fondos covid, y luego Europa nos mandó al carajo y seremos nosotros quienes lo costearemos con nuestros costillares; que no se enteraron cuando durante veinte años les robaron millones de euros de todos los cántabros y que enciman homenajearon al consejero burlado; que han destrozado una de las mejores sanidades de España con todos los profesionales sanitarios echando pestes de su penosa gestión; que miran, como las vacas al tren, como nuestra industria se deshace y nos empobrece; y que, además, en un acto de 'caradurismo' sin precedentes, vuelven a prometer lo mismo una y otra vez sin ponerse colorados, se les permita actuar de esta manera tan impune. ¿Dónde estaría usted si hiciera su trabajo tan rematadamente mal? En la calle, ¿verdad? ¿Por qué ellos no?
Puedo decir, sin timidez, que en esta legislatura Ciudadanos ha sido el grupo parlamentario más duro, crítico y exigente y así quedará para la historia en los diarios de sesiones. Que sacamos a flote casos de corrupción, irregularidades, abusos de poder, caciquismo y actuaciones cuando menos indecentes e indecorosas: el caso de los contratos a la mexicana, el de las Marías, cientos de contratos en fraude de ley, concursos públicos a medida del colega del partido del turno, mentiras presupuestarias…
Pero también estuvimos en los momentos más duros al lado del Gobierno. Incluso aprobamos los presupuestos de 2021, los primeros tras la pandemia, después de negociar y conseguir más dinero para los sectores más afectados por la crisis y acelerar el pago de las ayudas. Fue Ciudadanos, no se olviden, quien, por ejemplo, consiguió en 2019, con un solo diputado, eliminar el impuesto de Sucesiones y Donaciones. ¿Se imaginan ustedes al PP apoyando unos presupuestos del PRC o del PSOE o viceversa? Cuando ustedes pidan negociación, dialogo y acuerdos entre partidos atendiendo al interés general, recuerden este dato incuestionable: un diputado de CS vale por 12 del PP, y a los hechos me remito. Frente al sectarismo, resultados. Porque yo lo tengo claro, me importa más Cantabria que mi futuro o el futuro de mi partido.
El PRC, PSOE y PP no nos quieren ver ni en pintura en el próximo Parlamento porque somos garantía de control sin eufemismos. De denuncia concienzuda y argumentada, porque ni nos casamos ni nos doblegamos ante nadie. Porque somos garantía de reformas de calado, no de parches para mantener el bienestar de su estado. Porque saben que contaremos con la sociedad civil, la que conoce y sufre las deformidades de una estructura política y administrativa exagerada, que detrae recursos para mantener sus chiringuitos, para darle la vuelta a la administración como un calcetín. Porque si no se roba el dinero, o no se despilfarra, habrá recursos para lo importante: sanidad, educación, servicios sociales, familia, jóvenes… Y si nadie le pone el cascabel a la tudanca, no lo habrá. Y no lo van a hacer: ni ellos ni ella.
Si ustedes lo consideran oportuno, que lo harán, será entrañable ver la cara de tonto que se le va a quedar a más de uno cuando vuelva a ocupar mi escaño en el hemiciclo.
No esperen que participe en la subasta indecente de ver quién es el que promete más viviendas para jóvenes, quién construye más hospitales, quién llevará el tren más lejos o quién creará más empleo cuando llevan años tocando el violín. Bla, bla, bla. Nada es posible con un presupuesto que destina la mitad de su dinero a sueldos y a pagar la deuda. Quienes nos endeudaron hasta las cejas y alimentaron una estructura que todo lo absorbe, y de la que muchos viven como Dios, no van a poner las cosas en su sitio.
Hay mucha gente empeñada en convencerles de que Ciudadanos está finiquitado, que apoyarnos es tirar el voto. Yo les digo que no hay voto más inútil que el que no cambia nada. Y permítanme una pregunta: ¿si las encuestas dijeran que tenemos un seis por ciento en intención directa de voto nos votaría? Si la respuesta es no, a usted lo tengo perdido; pero si responde que sí, o al menos duda, tengo su voto al alcance de mi mano y de mi palabra. No les sigas el juego. Si quieres darles donde más les duele, somos tu opción. Vota lo que quieras, faltaría más, pero vota como vives.
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